¿De qué manera introducir las preocupaciones centrales de la ciencia económica desde su origen y, en particular, del pensamiento clásico de los siglos XVIII y XIX? ¿Cómo contribuir, a partir del estudio de este tema, a estimular en los alumnos la crítica y la argumentación racional? Si tomamos la línea de pensamiento de uno de los fundadores de la ciencia económica, Adam Smith, es posible recortar ejes temáticos que actualicen las discusiones propias de la teoría económica contemporánea.

El propósito de la presente propuesta es analizar algunos conceptos clave del pensamiento clásico, tales como: la división del trabajo, la productividad, el capital, el trabajo improductivo y el trabajo productivo. Simultáneamente se procurará desplegar estrategias procedimentales apropiadas para la comprensión de textos, a fin de reforzar la capacidad de argumentación racional de los estudiantes. En definitiva, se tratará de identificar las hipótesis o presupuestos involucrados en diferentes argumentos y de encadenar lógicamente los conceptos.

Propuesta

  1. Esta actividad requerirá un trabajo previo con los siguientes contenidos:
    1. La contextualización histórica del pensamiento de Adam Smith; esto implica considerar las transformaciones productivas previas a la Revolución Industrial de fines del siglo XVIII. Para ello, le proponemos centrarse sólo en la manufactura y su organización. Ésta se caracteriza por la reunión de los obreros contratados por un salario, trabajando bajo un mismo techo y haciendo tareas diferenciadas sin la utilización de las máquinas (cuyo uso se generalizará desde fines del siglo XVIII) y, por otra parte, por la presencia del capitalista que emplea trabajadores, compra materia prima, organiza y supervisa la producción. El dueño del taller recibe, cuando vende las mercancías manufacturadas por los obreros de su fábrica, un beneficio adicional que puede volver a reinvertir.
    2. La construcción de los conceptos smithianos de división del trabajo y de especialización de las tareas, como parte fundamental de la dinámica que pone en marcha el proceso de crecimiento económico y la acumulación del capital que lo alimenta.
  2. El segundo paso de la actividad consistirá en la lectura y análisis del siguiente texto. Para ello, proponga a sus alumnos reunirse en grupos e identificar los conceptos que acaban de ser enunciados.

El trabajo productivo

"El progreso más importante en las facultades productivas del trabajo [...] parece ser consecuencia de la división del trabajo. Tomemos el ejemplo de una fábrica de alfileres. Un obrero que no haya sido adiestrado en esa clase de tarea y que no esté acostumbrado a manejar maquinaria (cuya invención ha derivado probablemente, de la división del trabajo) por más que trabaje, apenas podría hacer un alfiler al día [...]. Pero como se practica hoy la fabricación de alfileres, un obrero estira el alambre, otro lo endereza, un tercero lo va cortando en trozos iguales, un cuarto hace la punta [...]. En fin, el trabajo de hacer alfileres queda dividido en dieciocho operaciones distintas [...]. En todas las demás manufacturas y artes los efectos de la división del trabajo son muy semejantes a los que se dan en este oficio. De este modo, cuando puede ser aplicada, la división del trabajo ocasiona en todo arte un aumento proporcional de las facultades productivas del trabajo.

"El trabajo se convierte para Smith en la fuente que sustenta finalmente la riqueza de las naciones, "las cosas necesarias y convenientes para la vida que consumen anualmente las naciones".

"Es verdad que las naciones más opulentas superan por lo común a sus vecinas en agricultura y en manufacturas" pero generalmente las aventajan en la industria.

A. Smith investiga el aspecto de la riqueza de una nación desde un punto de vista más social que técnico y, así, considera que depende de dos condiciones:

  1. el grado de productividad del trabajo;
  2. la cantidad de trabajo útil, es decir, de trabajo productor de riqueza. Por ello, las ideas de Smith sobre la acumulación de capital se basan en la importante distinción entre trabajo improductivo y productivo.

"Existe una especie de trabajo que añade valor al objeto al que se incorpora y otra que no produce aquel efecto. Al primero, por el hecho de producir valor, se le llama productivo y, al segundo, improductivo. Así, el trabajo de un artesano en una manufactura agrega generalmente valor a los materiales que trabaja, tales como su mantenimiento y los beneficios del maestro. El de un criado doméstico, por el contrario, no añade valor alguno.

"Aunque el maestro haya adelantado al operario sus salarios, nada viene a costarle en realidad, pues el aumento de valor que recibe la materia, en que se ejercitó el trabajo, restituye, por lo general, con ganancias, los jornales adelantados. Cualquiera se enriquece empleando muchos operarios en las manufacturas y, en cambio, se empobrece manteniendo un gran número de criados.

"El trabajo de algunas de las clases más respetables de la sociedad al igual de lo que ocurre con los servidores domésticos no produce valor alguno y no se concreta o realiza en un objeto permanente o mercancía vendible [...], aquella parte del producto anual de la tierra y del trabajo de un país que repone capital jamás se emplea de una manera inmediata en mantener manos improductivas. Sólo paga los salarios del trabajo productivo [...], en consecuencia, la proporción que existe entre las manos productivas y las que no se consideran como tales, en cualquier país depende en gran parte de la relación del producto anual que -en cuanto proviene de la agricultura o la industria- se destina inmediatamente a reponer el capital y del que se destina a asegurar un ingreso, llámese beneficio o renta [...]. En nuestros tiempos, en los países más opulentos de Europa, una porción muy considerable del producto de sus tierras, y acaso la mayor, se destina a reponer los capitales [...]. El producto anual del trabajo de un país no puede aumentar su valor como no sea aumentando el número de trabajadores productivos o las aptitudes productivas de los operarios que ya existen." En consecuencia, el círculo virtuoso de acumulación de capital y crecimiento económico sólo se puede lograr ocupando trabajo productivo particularmente en la industria. Y el capital es sólo aquella parte del acervo que se usa para poner en movimiento trabajo productivo, es decir, trabajo que remplazará y aumentará la inversión originaria.

Párrafos extraídos (y comentados) de: Smith, A., Investigación sobre la naturaleza y las causas de la riqueza de las nacione, México, Fondo de Cultura Económica, 1997. Capítulo I, libro I;, capítulo III, libro II

  1. Una vez concluida la lectura del texto, cada grupo resolverá las siguientes consignas.
    1. ¿Cuál resulta para Adam Smith el fundamento último de la riqueza de las naciones?
    2. ¿Por qué la división del trabajo, sobre todo en la industria, se convierte en el mecanismo más dinámico para lograr el crecimiento económico?
    3. Presenten dos ejemplos propios de la actualidad: uno con división y especialización del trabajo y otro sobre un taller de un artesano que trabaja solo o con un ayudante, y analicen las diferencias a partir del concepto de productividad. (Los ejemplos que surjan para confrontar podrían ser: un taller mecánico y una fábrica de automóviles; una carpintería y una fábrica de muebles, etc.)
    4. ¿Cuál es la diferencia entre trabajo productivo e improductivo, según A. Smith?
    5. ¿Por qué considera que el progreso de la nación se basa en la mayor proporción de trabajo productivo industrial?
  2. Luego usted organizará una puesta en común sobre las respuestas que obtuvo cada grupo. También le sugerimos que, como cierre de la actividad, plantee los siguientes interrogantes: ¿hoy se podrían mantener los mismos criterios de Smith?, en otras palabras, ¿se podría continuar afirmando que el trabajo productivo industrial es la fuente de la riqueza de las naciones? ¿Qué transformaciones ha sufrido el concepto contemporáneo de trabajo?