Muchos docentes suelen advertir que los estudiantes adolescentes tienen poco interés en la participación política. Si bien hay jóvenes que se sienten inclinados a participar, hay un gran número que no lo está de ningún modo. Entre estos últimos, algunos nunca se han llegado a interesar por ella, otros se han sentido atraídos por el juego político pero se han visto decepcionados por experimentar que la política no es lo que ellos esperaban, otros perciben a la política como ligada indefectiblemente a la corrupción, al clientelismo y a la mentira.
Probablemente una de las causas fundamentales de la falta de interés por la política sea la desinformación y un estrecho concepto de la actividad política. De hecho, muchos jóvenes que aseguran que no se interesan por la política, sí se ven atraídos por las acciones propias del llamado Tercer Sector.
Para subsanar estos impedimentos, corresponde a la escuela, en su tarea de formar ciudadanos, brindar información sobre estos temas, ayudar a que los jóvenes obtengan información por sus propios medios y brindar herramientas para que los estudiantes analicen críticamente el problema de la participación y para que amplíen su concepto de la 'política'.
En una sociedad democrática, los partidos políticos son las asociaciones encargadas de organizar y representar los intereses de los integrantes de la sociedad ante el Estado, a través de instituciones representativas (concejos deliberantes, legislaturas, parlamento). A su vez, como el conjunto social no es homogéneo, dentro de él se diferencian sectores (trabajadores, estudiantes, profesionales, empresarios, jubilados, amas de casa, consumidores, vecinos) que reivindican cada uno sus propios derechos. Y esto significa que las personas también pueden encontrar representación en alguno de estos sectores. La vida en democracia exige la participación activa de todos los sectores, porque su compromiso en la construcción social permite cambiar aquello que atenta contra la misma y todo lo que tienda a legitimar un orden social de exclusión o marginación. Por lo tanto, educar para la convivencia no es meramente socializar para la adaptación a un orden social dado sino contribuir a la construcción de un espacio público, cuidarlo, y criticar todo lo que obstaculice su conformación.
? Propósito
Esta actividad pretende contribuir a la toma de conciencia sobre el espacio público y sobre cuál es el lugar que le cabe a los adolescentes como ciudadanos. También procura presentar espacios de participación política, tanto aquellos que tienen que ver con la política partidaria, como diferentes alternativas dentro del ámbito de la sociedad civil.
Una vez que los estudiantes hayan interiorizado el concepto, usted podrá solicitarles que identifiquen algunas organizaciones de este tipo que operen en la comunidad de pertenencia de la escuela y que armen con ellas un listado. Luego se organizarán en pequeños grupos y cada uno asumirá la tarea de realizar una visita a una de las instituciones seleccionadas con el fin de entrevistar a algún miembro que pueda brindarles información sobre su funcionamiento y objetivos. En especial, sugiera a los estudiantes que indaguen sobre los siguientes ámbitos: funciones, circunstancias y fecha de creación, ámbito de incumbencia, organización interna, características de los miembros que participan, número de jóvenes que forman parte, forma de reclutamiento, condiciones de trabajo, grado de concreción de los objetivos planteados, grado de reconocimiento de la comunidad.
Durante el desarrollo de la investigación, pídales a los alumnos que presten especial atención al grado de participación de los jóvenes en cada institución, a cuáles fueron las motivaciones que los llevaron a participar y cuál fue el grado de compromiso. Luego de la tarea, cada equipo presentará un informe con formato de artículo periodístico.
Después de que los grupos compartan la información obtenida, le sugerimos que organice un debate a partir de la lectura del siguiente texto.
"La diferencia entre una democracia y un autoritarismo es que en la democracia somos políticos todos. Es por esto que alarma oír hablar de lo malos que son los políticos, de lo corruptos que son, y uno dice: querrá usted decir que nos pasa a todos, porque si los políticos son corruptos, lo son porque nosotros dejamos que lo sean, porque fracasamos en nuestra propia tarea política que es el elegirlos, sustituirlos, controlarlos, vigilarlos y, en último término, presentarnos como candidatos, como una mejor alternativa frente a ellos; [...] porque todos en una democracia somos políticos, y no hay más remedio que serlo. Lo fastidioso de la democracia es que nos obliga a tener que preocuparnos siempre por la cuestión política, y para eso hay que aprender a participar en la gestión pública de las cosas; no a dejarlas en las manos de los sabios, los técnicos, de los que vienen de fuera a resolver las cuestiones."
Fuente: Savater, Fernando, Ética y ciudadanía, Caracas, Monte Ávila, 1999, pp. 182-183.
Para desarrollar el debate e incentivarlo, usted podrá emplear algunas de las siguientes preguntas: ¿en qué se basa el autor para afirmar que todos somos políticos en una democracia?, ¿en qué sentido se usa el término 'política' en este texto?, ¿están de acuerdo con las afirmaciones de Savater? A partir de lo trabajado, ¿cómo describirían ustedes la situación de los jóvenes en cuanto "políticos"? Si quisieran adherir a un partido político o colaborar en las acciones de un organismo no gubernamental, ¿en qué se basarían para tomar la decisión?
Usted puede organizar un panel con militantes jóvenes de partidos políticos y con miembros de organismos no gubernamentales, para conocer tanto las características de las instituciones en las que actúan como sus experiencias personales de participación.
Como un elemento más del debate, usted puede dar a conocer los datos de las encuestas realizadas por E. Tenti Fanfani y R. Sidicaro, en La Argentina de los jóvenes. Entre la indiferencia y la indignación, Buenos Aires, Unicef/Losada, 1998.