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Comienzo las clases en la primera hora del lunes frente a adolescentes con nostalgias de la almohada y más que duchos en el uso del videojuego, internet, el chat y el correo electrónico. El año completo, deduciendo vacaciones de invierno y viaje de fin de curso, no supera las treinta clases. Esas son las restricciones. En esas circunstancias mi primera preocupación es la motivación; la segunda convertir las restricciones en aliados.

Nada más insulso y aburrido que explicar en clase algo que el alumno puede encontrar por sí mismo en el libro de texto, así que decido organizar las cosas de otra manera.
Alfred Marshall decía que "la economía es el estudio de la humanidad en la conducta de su vida cotidiana". Y no hay nada más cotidiano que ganarse la vida: pasamos una parte sustancial de nuestra existencia relacionando lo que ganamos con aquello que podemos comprar.

Para la gran mayoría de las personas comprender el funcionamiento de la actividad económica es comprender la mayor parte de su vida. Así que la propuesta para los alumnos es desde un comienzo un trabajo grupal en el que deben crear-organizar una empresa-producto-servicio de su elección. Y autorizo a los alumnos a recurrir a cualquier fuente de información que ellos mismos consideren relevante, desde internet hasta la empresa familiar si es que existe, el bar de la esquina o el vendedor ambulante de la puerta del colegio. Es una versión actual y sofisticada, si se quiere, del antiguo interrogante: ¿qué querés ser cuando seas grande?

Todos los conceptos, taxonomías y cuestiones planteados en el libro de texto pueden ser explorados desde este ejemplo que pertenece al alumno, de un modo verificable en la realidad, y mucho más próximo a ellos que la elección entre producir manteca o cañones del Dr. Samuelson, y para ello utilizamos cada semana una pregunta en el correo electrónico, de modo tal que la clase se reserva un tiempo mucho mayor como espacio de debate.

Pero esto sólo es la mitad de la cuestión. Una mirada rápida por los diarios, especialmente en la Argentina, los encontrará plagados de noticias sobre decisiones del Gobierno en materia económica. La comprensión por parte de los alumnos del significado de estas decisiones y la elaboración de una opinión propia con fundamentos hace a su formación de ciudadanos en una sociedad republicana y democrática. Cómo lograrlo es materia de otro post.