Variedades musicales

Ilustración: Gustavo Damiani

Todos sabemos de qué hablamos cuando hablamos de una mesa. Si vemos una de madera rectangular con cuatro patas, y otra redonda, con un solo pie en el centro y toda de hierro, no dudamos que ambas son mesas. Y eso ocurre porque tenemos una idea clara acerca de qué es una mesa. Aun cuando no nos detengamos a pensar en eso, conocemos el concepto mesa, y sabemos cuáles son las características básicas que un objeto debe poseer para serlo, qué rasgos debe conservar para seguir siéndolo, y cuáles otras variantes puede sufrir sin perder, por eso, su cualidad de mesa.

Ahora bien, en realidad, cuando hablamos de música también todos tenemos una representación sobre la idea de música. Tal vez no la tenemos tan claramente formada como el concepto de mesa pero, sin duda, todos (implícitamente) sostenemos una noción sobre la música que funciona en nosotros.

En relación con los alumnos, por lo general, la idea que ellos tienen de música responde a su experiencia como oyentes. Por lo tanto, se ajusta a un lenguaje musical determinado con el que están familiarizados, lo cual depende tanto del lugar en el que habitan como de la época.

La meta de esta propuesta es ampliar la idea de música que tienen los alumnos y construir una noción de lenguaje musical que permita incluir el conjunto de sus expresiones, las que varían sus códigos según los momentos históricos y las culturas.

El objetivo es que los alumnos puedan conocer y reconocer distintos modos de organizar los elementos compositivos del lenguaje musical. Para eso, la propuesta combina diferentes actividades: el análisis y la comparación de versiones de obras grabadas, la producción conjunta de versiones de canciones, la reflexión sobre las propias realizaciones y las de los demás y, finalmente, la apreciación de un repertorio de expresiones musicales que construyan su discurso según un código diferente al de la música tonal.

Contenidos

Disquería

Propuesta de trabajo

Una canción, muchas versiones

Para aproximarse al tratamiento de los elementos del lenguaje musical en una situación de juego que implique a la vez disfrute y aprendizaje, le proponemos trabajar con la comparación de versiones de una misma canción.

Los alumnos del Tercer Ciclo, por lo general, ya conocen y reconocen los elementos constitutivos del lenguaje musical (altura, intensidad, timbre, textura, duración, ritmo, carácter). Ahora bien, es importante que los chicos se familiaricen con las distintas maneras de organizar esos elementos según el código del sistema tonal, que en términos generales organiza la música con la que solemos estar más familiarizados, entre otras expresiones populares, folclóricas, barrocas, clásicas y románticas.

Le sugerimos que elija tres canciones de las que posea más de una versión. Asegúrese de que las distintas grabaciones se diferencien por los instrumentos con que se interpretan, el carácter, el tempo, etc. Es necesario realizar una selección cuidadosa para que los niños puedan comparar cómo se ha resuelto en cada caso el tratamiento de los elementos propios del lenguaje musical.

Supongamos que su primer ejemplo sea el tango Mano a mano, interpretado por Julio Sosa, con acompañamiento de una orquesta típica, de ritmo regular y carácter tranquilo. Usted puede pedirle a los chicos que identifiquen y describan los rasgos de la canción: ¿cómo es?, ¿qué instrumentos intervienen?, ¿cómo se relacionan las voces? ¿hay una línea principal y un acompañamiento? Escuchando con detenimiento la primera versión, los alumnos podrán apreciar e identificar su peculiaridad: los timbres, el tratamiento de la dinámica, la manera de combinar las voces musicales, etc.

Proponga luego que escuchen la segunda versión. Puede pedirle a los alumnos que la describan: ¿es el mismo tango?, ¿por qué creen eso?, ¿qué cambia?, ¿qué permanece? Supongamos que esta versión es la interpretada por Caetano Veloso. El texto sigue siendo el mismo, la melodía (sucesión de alturas y duraciones) también, pero ahora la voz está acompañada por un violonchelo y no por una orquesta; el ritmo alterna entre pulsado y libre y el tempo varía constantemente, siendo utilizado como recurso expresivo (por momentos se acelera, y en las partes de más tensión y dramatismo, se detiene).

La idea es que, mediante procesos de comparación de versiones, los niños establezcan similitudes y diferencias entre las distintas variantes, identificando los elementos constitutivos del lenguaje musical. A través de esa comparación, ellos podrán definir las características distintivas de cada canción, es decir, aquellos rasgos que deben permanecer para que la canción continúe siendo reconocible, y advertir los parámetros que se pueden modificar sin por eso poner en juego su identidad. Los distintos ejemplos posibilitarán que los alumnos descubran que lo que hace que identifiquemos la canción, más allá de sus distintas versiones, es la melodía. Ésta se mantiene aun cuando se modifiquen el instrumento que la interpreta (timbre), el acompañamiento (textura), la intensidad o el carácter. Esto ocurre en el contexto del código de la música tonal donde los parámetros de altura y duración son fundamentales.

Otras versiones posibles

Luego de haber trabajado en la apreciación y comparación de las distintas versiones escuchadas, la propuesta es producir nuevas versiones de las canciones analizadas. Así, el énfasis estará puesto en que los alumnos aborden el tema disfrutando a la vez de una propuesta expresiva.

Le sugerimos que divida la clase en grupos, teniendo en cuenta que la cantidad de alumnos debe permitir la participación y el aporte personal de cada integrante a la producción colectiva. A fin de poder reflexionar en el cierre sobre la diversidad de respuestas posibles ante una misma consigna, es importante que usted asigne la misma canción a, por lo menos, dos grupos distintos.

Partiendo siempre de la experiencia de la apreciación, los alumnos deben, en una primera instancia, utilizar su habilidad para ejecutar e imitar la melodía de la canción. Buscando luego elaborar sus propias versiones, tendrán que poner en juego los conocimientos adquiridos, tomando decisiones en forma grupal y elaborando estrategias de acción para resolver la consigna. Podrán seleccionar instrumentos 1 y combinar los recursos del lenguaje musical. En la tarea de crear, interpretar e improvisar posibles versiones, los alumnos utilizarán diversas modalidades de emisión de la voz y aplicarán, sobre la melodía, variaciones de intensidad, timbre, textura y/o carácter.

En la práctica y en el hacer musical, los niños aplicarán los aprendizajes alcanzados en la experiencia de escucha y comprensión de las distintas canciones como así también otras ideas y propuestas que surjan espontáneamente.

Para cerrar la actividad se sugiere que los alumnos analicen las producciones propias y la de sus pares, comparando y confrontando las versiones elaboradas sobre una misma canción. Encarando las distintas cuestiones que plantea el proceso de producción y reflexionando sobre ellas, la intención es que se retome el tema de los distintos modos de organizar los elementos constitutivos del lenguaje musical y apreciar así la diversidad de respuestas frente a una misma propuesta.

Improvisando modelos de interacción grupal

Es interesante destacar que al realizar creaciones grupales con dirección autónoma, los niños experimentan y desarrollan distintas modalidades de participación y descubren el valor del trabajo cooperativo. Coordinando las intervenciones individuales (combinando complementariedad, subordinación e independencia de las voces y relaciones de simultaneidad, sucesión y alternancia) y sus jerarquías (solista, conjunto) al servicio de una producción colectiva, aprenderán a desarrollar -en función de los momentos y situaciones- distintos grados de protagonismo en su interacción con los demás.

Otros modos posibles de construir música

Mientras que en la primera actividad trabajamos con el código musical que nos es más habitual (el tonal), en el que los parámetros estructurales son, como ya hemos visto, la altura y la duración, proponemos finalizar este recorrido presentando a la clase un conjunto de expresiones musicales que construyan su discurso de maneras diversas. Para eso, usted puede organizar un repertorio que reúna piezas que organicen su discurso jerarquizando otros elementos del lenguaje musical. Busque ejemplos donde el timbre, la textura y/o el ritmo sean los parámetros predominantes. Piense, por ejemplo, en danzas rituales, en "batucadas" brasileñas o murgas, de variada sonoridad percusiva y riqueza rítmica, en las que, si se cambiara el ritmo, la textura o el timbre, no se reconocería su identidad (diferenciándose así de las versiones de canciones). Le sugerimos también que escoja obras provenientes de distintas culturas y, si es posible, música contemporánea.

La intención es que, a través de la comparación de producciones musicales de distintas culturas y épocas, los alumnos conozcan y valoren expresiones musicales diversas. De tal forma podrán construir la idea de que "la música es un sistema que organiza sus elementos y reglas de modo diverso en virtud de las épocas y las culturas, y todavía más, es toda aquella organización de sonidos producida con la intención de ser escuchada"2.

Hacerlo será una manera de extender la representación que tienen de lo musical y, consecuentemente, de abrir el camino para el disfrute de nuevas y diversas expresiones musicales.

1. Para el desarrollo de esta actividad sugerimos que los alumnos utilicen tanto instrumentos convencionales como objetos cotidianos empleados con fines musicales.

2. Schafer, R. Murray. El compositor en el aula, Ricordi Americana, Buenos Aires, 1998.