Todo está lleno de colores. A cada paso puedes descubrir uno nuevo en una pintura, en los atardeceres, en los animales, en plantas y en frutos. Incluso puedes imaginar colores que no has visto: aquí te damos una receta muy especial para que atrapes los colores de la naturaleza y los combines a tu antojo.

- Alcohol de 96 grados

- Hojas de papel blancas

- Un frasco de vidrio bien lavado con tapa

- Un pincel

- Hojas de plantas

- Flores de colores

- Pedazos de betabel y de zanahoria

- Un rallador o una tabla para picar y un cuchillo de cocina

- Un poco de harina

- Pedazos de frutas

Manos a la obra

Haz un pequeño recorrido por el jardín de tu casa o por algún parque para recolectar hojas y flores. Recuerda que es muy importante cuidar la naturaleza, así que debes usar hojas y flores ya caídas para no maltratar a las que aún no se desprenden.

Pídele a algún adulto que te regale algunos trozos de zanahoria, betabel, mango, papaya, mamey, aguacate o cualquier otra fruta o verdura que tenga, y que te ayude a rayarlos o a cortarlos en pedacitos muy pequeños, y que haga lo mismo con las flores y las hojas de las planta.

Coloca los pedacitos o la ralladura de cada flor, hoja, cáscara de fruta o verdura en uno de los frascos y agrégales alcohol hasta que se cubran. Tápalos y déjalos reposar durante varias horas, agitando los frascos de vez en cuando. Cuando el alcohol se haya coloreado, la pintura estará lista para ser utilizada. Si quedó muy aguada, agrégale un poco de harina y revuélvela para darle mayor consistencia.

Ahora sí puedes tomar el pincel y crear tu propia obra artística en las hojas de papel.


¿De dónde vienen estos colores?

Todas las especies vegetales tienen pigmentos naturales que les proporcionan los colores que vemos en ellas. El más conocido es la clorofila, que da los tonos verdes a las hojas. Otros son el caroteno, que hace que la zanahorias sean anaranjadas y la antociamina, que proporciona el tono rojizo a las buganvilias.