Cabildo

Dar la vida por la patria es hazaña de más fama que llevado del amor dar la vida por su dama.
(Anónimo)

Contar la historia

La semana en que cambió la historia

El 25 de mayo de 1810 no fue un día como todos en Buenos Aires. A pesar de la tormenta, muchos hombres y mujeres se reunieron frente al Cabildo para conocer los nuevos sucesos políticos. Cuando los adversarios de Cisneros se enteraron de que el virrey había renunciado, comenzó la fiesta. La calle se inundó de brindis, música y bailes. La alegría estaba justificada: era el broche final de una semana de marchas y contramarchas, que a partir de ese momento se recordaría como la Semana de Mayo.

Cómo la recordamos

Se aproxima un nuevo aniversario de los acontecimientos que cambiaron la historia de la Argentina. ¿Les interesa conocer qué se habló exactamente en el Cabildo abierto? ¿Quieren saber sobre las opiniones de cada uno de los miembros de la Asamblea? ¿Les gustaría observar litografías y pinturas que representan la época de la Revolución?

En educ.ar preparamos un suplemento especial (dossier) que les permitirá conocer un poco más sobre este momento de la historia argentina. Pueden utilizarlo como material para sus tareas escolares o consultarlo porque sí, de puro curiosos.

En este dossier, el docente encontrará una serie de recursos que le permitirán complementar su labor en el aula:

Actas del Cabildo de Buenos Aires

Fragmentos del texto original. Se mantuvo la ortografía y la puntuación de la fuente. (Las supuestas "faltas de ortografía" responden a los criterios de escritura de la época.)

Cabildo del 21 de mayo de 1810

[...] el Señor Alcalde de primero voto y el Caballero Sindico. Y los SS. persuadidos de la necesidad que hay de poner prontas precauciones á los males que se anuncian, combencidos de que deven tomarse providencias con la maior brevedad por el hecho mismo de haver agolpado la gente á la Plaza expresando a voces sus deseos, y afianzados en la exposición del Señor Alcalde y Cavallero Sindico, acordaron se pase oficio en el acto al Exelentisimo Señor Virrey suplicandole se digne conceder á este cavildo permiso franco para combocar por medio de Esquelas la principal y mas sana parte del vecindario, á fin de que en un Congreso publico exprese la voluntad del Pueblo, y acordar una vista de ello las medidas mas oportunas para evitar toda desgracia, y asegurar nuestra suerte futura [...]

[...] Y los SS, determinaron se celebre Cavildo havierto, ó Congreso general el dia de mañana beinte y dos á las nueve de ella, y que al efecto se combide por esquela á la parte principal, y más sana del Pueblo: Se formó la esquela que es del tenor siguiente: "El Exelentisimo Cavildo comboca á Usted para que se sirva asistir precisamente mañana beinte y dos del corriente á las nueve sin etiqueta alguna, y en la clase de Vecino al Cavildo havierto, que con anuencia del Exelentisimo Señor Virrey há acordado celebrar"[...]

Cabildo abierto del 22 de mayo de 1810

[...] Se empezó la acta, leyendose en publicas, y altas voces por mi el Actuario, y en virtud de mandato del Exelentisimo Ayuntamiento, assi el discurso que havia dispuesto el mismo Exelentisimo Cavildo para la apertura de esta sesion, como el oficio con que solicitó el Superior permiso para la formacion del Congreso general, y el pasado en contestacion por el Exelentisimo Señor Virrey dando la facultad para egecutarlo, siendo el tenor de todo el siguiente: "Fiel y generoso Pueblo de Buenos Ayres. Las últimas noticias de los desgraciados sucesos de nuestra Metropoli, comunicadas al Publico de orden de este Supremo Govierno, han contristado sobre manera vuestro animo, y os hán hecho dudar de vuestra situacion actual, y de vuestra suerte futura. Agitados de un conjunto de ideas que os han sugerido vuestra lealtad y Patriotismo, haveis esperado con ansia el momento de combinarlas para evitar toda división; y vuestro representantes que velan constantemente sobre vuestra prosperidad, y que desean con el maior ardor conservar el orden, y la integridad de estos Dominios vajo la dominación del Señor Don Fernando Septimo, han obtenido el Exelentisimo Señor Virrey permiso franco para reuniros en un Congreso. Yá estais congregados: hablad con toda libertad, pero con la dignidad que os és propia haciendo ver que eres un Pueblo savio, noble, docil y generoso. Vuestro principal objeto deve ser precaver toda division, radicar la confianza entre el Subdito, y el Magistrado, afianzar vuestra union reciproca, y las de todas las demas Provincias, y dexar expeditas vuestras relaciones con los Virreinatos del Continente. Evitad toda innovacion, ó mudanza, pues generalmente son peligrosas, y expuestas á division. No olvideis que teneis casi á la vista un Vecino que asecha vuestra libertad, y que no perdera ninguna ocasion en medio del menor desorden. Tened por cierto que no podreis por ahora subsistir sin la union con las Provincias interiores del Reyno, y que vuestras deliberaciones serán frustradas sino nacen de la Ley, ó del consentimiento general de todos aquellos Pueblos. Assi pues meditad bien sobre vuestra cituacion actual, no sea que el remedio para precaver los males que teneis aceleren vuestra destruccion. Huid siempre de tocar en cualquiera estremo, que nunca dexa de ser peligroso: despreciad medidas estrepitosas ó violentas, y siguiendo un Camino medio abrazad aquel que sea mas sencillo, y mas adeqüado para Conciliar con vuestra actual seguridad, y la de nuestra suerte futura, el espiritu de la Ley, y el respeto á los magistrados = Exelentisimo Señor = Savedor el Pueblo de los funestos acaecimientos de nuestro Peninsula por los impresos publicados en esta ciudad de orden de Vuexelencia, y animado de su innata lealtad á nuestro Soberano, y de los sentimientos patrioticos con que siempre se há distinguido, vacila sobre su suerte futura y el deseo de que sea la mas conforme á su felicidad, y al objeto inalterable de Conservar integros estos Dominios, vajo la dominacion del Señor Don Fernando Septimo; le hace sozobrar en un conjunto de ideas dificiles de combinar, y que sino se llegan a fixar quanto antes, pueden causar la mas lastimosa fermentacion . Este Ayuntamiento que vela sobre su prosperidad, y se interesa en gran manera por la union, el orden, y la tranquilidad, lo hace presente á V.E. para evitar los desastres de una combulsion Popular, desea obtener de V.E. un permiso franco para combocar por medio de esquelas la principal, y mas sana parte de este Vecindario, y que en un Congreso publico exprese la voluntad del Pueblo, y acuerde las medidas mas oportunas para evitar toda desgracia, y asegurar nuestra suerte venidera. Sirviendose V.E. disponer que en el dia del Congreso se ponga una reforzada guarnicion en todas las avenidas, o bocascalles de la Plaza, para que contenga todo tumulto, y que solo permita entrar en ella los que con la esquela de Combocacion acrediten haver sido llamados = Dios guarde á V.E. muchos años. Sala Capitular de Buenos Ayres beinte y uno de Mayo de mil ochocientos diez" [...]

[...] Despues de leido todo y en circunstancias de dever procederse á la votacion por los SS. del Congreso, se promovieron largas discusiones que hacian de suma duracion el acto: en cuio estado y para abreviar y simplificar este en lo posible, atendida la multitud de botantes, estrechéz del tiempo, y espectacion en que se hallaba el Pueblo [...] se pidio que la botacion fuese publica; por lo que se sentó la siguiente a saver "Si se ha de subrogar otra autoridad á la Superior que obtiene el Exelentisimo Señor Virrey dependiente de la Soberana que se egerza legitimamente á nombre del Señor Don Fernando Septimo" [...]

[...] y en su virtud se procedió á la votacion en el orden y forma siguiente: Por el Ilustrisimo Señor Obispo se dixo: Que mediante las noticias de la disolucion de la Junta Central, en quien residia la Soberania, infunde bastante probavilidad para dudar de su existencia, consultando á la satisfaccion del Pueblo y á la mayor seguridad presente y futura de estos Dominios por su legitimo Soberano el Señor Don Fernando Septimo, es de dictamen que el Exelentisimo Señor Virrey continue en el egercicio de sus funciones sin mas novedad que la de ser asociado para ellas del Señor Regente, y del Señor Oydor de la Real Audiencia Don Manuel de Velasco, lo qual se entienda provisionalmente por ahora y hasta ulteriores noticias: sin perder de vista proporcionar aquellos medios que correspondan para que permanesca expedita la Comunicacion con las Ciudades interiores del Reyno con arreglo a la Proclama del Exelentisimo Cavildo = Por el Exelentisimo Señor Don Pasqual Ruiz Huidobro se dixo: Que devia cesar la autoridad del Exelentisimo Señor Virrey, y reasumirla el Exelentisimo Cavildo como representante del Pueblo para egercerla, interin forme un Govierno provisorio dependiente de la legitima representacion que haya en la Peninsula de la Soberania de nuestro augusto y amado Monarca el Señor Don Fernando Septimo, fundando esta opinion en los datos que de palabra ha manifestado al Exelentisimo Cavildo = Por el Señor Oydor Don Manuel José de Reyes se dixo: que no encuentra motivo por ahora para la subrogacion, pero que en caso de que la pluralidad de este Ilustre congreso juzgue que lo hay, pueden nombrarse de adjuntos para el despacho del Govierno al Exelentisimo Señor Virrey los SS. Alcalde ordinario de primero voto y Procurador Sindico general de la Ciudad [...] Por el Señor Don Pedro Viguera Tesorero de la Real Aduana se dixo: Que subsista al Exelentisimo Señor Virrey en la misma autoridad que le há conferido y puesto á su cargo el Señor Rey Don Fernando Septimo, y á su nombre la Junta Central; [...] Por el Señor Don Juan de Almagro Asesor general se dixo: que no haviendose recivido hasta ahora documento alguno nacional que nos asegure de la total perdida de España, es de parecer que no nos hallamos aun en el caso de causar novedad alguna; pero que en el caso de que la pluralidad determine que deve hacerse novedad á fin de asegurar la tranquilidad publica y alexar todo motivo de recelo y desconfianza, se asocien al govierno aquellas personas de maior providad que tuviere por combeniente el Exelentisimo Cavildo. [...] Por el Señor Comandante Don Cornelio Saavedra se dixo: que consultando la salud del Pueblo, y en atención á las actuales circunstancias, deve subrrogarse el mando Superior que obtenia el Exelentisimo Cavildo de esta capital, interin se forma la corporacion, ó Junta que deve egercerlo; cuia formacion deve ser en el modo y forma que se estime por el Exelentisimo Cavildo, y no quede duda de que el Pueblo es el que confiere la autoridad, ó mando. Por el Señor Comandante Don Pedro Andres Garcia, se dixo: que considerando la Suprema Ley, la salud del Pueblo, y haviendo advertido y aun tocado por si mismo la efervescencia, y acaloramiento de el con motivo de las ocurrencias de la metropoli, para que varie el Govierno, que es á lo que aspira, cree de absoluta necesidad el que assi se realize, antes que tocar desgraciados extremos, como los que se persuade habria, si aun no se resolviese assi en la disolucion de esta Ilustre Junta; repite por los conocimientos que en los dias de antes de ayer, ayer, y anoche há tocado por si mismo, tranquilizando los animos de los que con instancia en el Pueblo assi lo piden: en cuio caso opina que recaiga en el Exelentisimo Cavildo por ahora y mientras se resuelve la manera, ó forma de govierno que haya de constituirse para la seguridad de estas provincias en favor de la Soberania del Señor Don Fernando Septimo [...] Por el Reverendo Padre Provincial de San Francisco Fray Ramon Albarez se dixo: que deve continuar en el Egercicio de su autoridad; pero que en ese caso de que á pluralidad de votos resulte haver cesado en su autoridad, es de sentir que recaiga en el Exelentisimo Ayuntamiento = Por el Reverendo Padre Guardian de la observancia Fray Pedro Cortinas se dixo: que se conformaba en todo con el parecer del Señor Oydor Don Manuel Jose de los Reyes = Por el Reverendo Padre Guardian de la Santa Recoleccion Fray Pedro Santibañez se dixo: que en todo se conformaba con el parecer del Señor Don Jose Manuel de Reyes = Por el Reverendo Padre Provincial de la Merced Doctor Fray Manuel Torres se dixo: que se conformava en todo con la botación del Señor Comandante Don Cornelio Saavedra = Por el Reverendo Padre Prior de Santo Domingo Fray Manuel Albariño se dixo: que se conformava en todo con el voto del Señor Don Cornelio Saavedra = Por el Reverendo Padre Comendador de la Merced Fray Juan Manuel Aparicio se dixo: que se conformaba en todo con el voto de Señor Don Cornelio Saavedra, reduplicandolo en todas sus partes = Por el Reverendo Padre Prefecto de Betlemitas Fray Jose Vizente de San Nicolas se dixo: que se conformaba en todo con el voto del Señor Don Manuel José de los Reyes. Por el Reverendo Padre Maestro Fray Jose Ignacio Grela se dixo: que há fenecido la Autoridad del Exelentisimo Señor Virrey: que esta deve recaer en el Exelentisimo Cavildo, hasta tanto que reunido el Pueblo por medio de que el mismo elija, designe los sujetos que deven componer la Junta Guvernativa hasta la reunion de las Provincias interiores. = Por el Señor Doctor Don Luis Jose de Chorroarin se dixo: que bien consideradas las actuales circunstancias, juzga combeniente al Servicio de Dios, del Rey, y de la Patria se subrrogue otra autoridad a la del Exelentisimo Señor Virrey, deviendo recaer el mando en el Exelentisimo Cavildo en el interin que dispone la ereccion de una Junta de Govierno [...] Por el Señor Doctor Don Francisco Planes se dixo: que es de parecer que en atencion á los justos temores del Pueblo, acerca de la total perdida de la Peninsula, Don Baltazar Hidalgo de Cisneros subrrogue el mando político en el Exelentisimo Cavildo, y el militar en el Señor Don Cornelio Saavedra, por combenir que la fuerza armada se alle vajo una sola caveza; [...] Don Antonio Saenz se dixo: que há llegado el caso de reasumir el Pueblo su originaria autoridad y derechos; [...] Por el Señor Doctor Don Ramón Vieites se dixo: que há fenecido la autoridad de la Suprema Junta Central, y por consiguiente la del Exelentisimo Señor Virrey: que esta autoridad recaiga interinamente en el Exelentisimo Ayuntamiento, teniendo voto decisivo el Cavallero Sindico Procurador General, hasta que explorada por quarteles la voluntad del Pueblo, se elijan los miembros que hayan de constituir una Junta Provincial. Por el Señor Doctor Don Juan Leon Ferragut se dixo: que en atencion á las noticias funestas que hemos tenido de Europa, y haver por consiguiente fenecido la Suprema Junta Central en quien residia la autoridad Suprema, cuia dominacion haviamos jurado, juzga deve reasumirse el derecho de nombrar Superior en los individuos de esta Ciudad; y por consiguiente el Exelentisimo Cavildo que la representa devera governar interinamente, hasta que disponga con el pulso, y prudencia que le és caracteristica determinar el modo de Govierno que sea mas combeniente para la seguridad de toda la América. [...] Por el Señor Doctor Don Nicolas Calvo cura rector de la concepcion se dixo: que para la decision de las gravisimas dudas si há caducado la autoridad en la Suprema Junta Central, en la Regencia posteriormente nombrada, en el actual Virrey, y en las demas Autoridades, juzga que para no exponerse á una guerra civil se deve oir a los demas Pueblos del distrito, y que por lo tanto no devemos conservar en el actual estado hasta la reunion de los Diputados de los Pueblos interiores con el de la Capital. [...] Por el Señor Doctor Don Cosme Argerich se dixo: que haviendo caducado la Suprema Autoridad deve ésta reasumirse en el Pueblo, y por consiguiente interinamente en el Exelentisimo Cavildo, hasta que con la mayor brevedad disponga las incorporaciones del Vecindario que por medio de sus Diputados deven formar la Junta general del Virreinato [...] Por el Señor Don José Martínez de Hoz se dixo: que no encuentra bastantes datos para considerar necesaria la remosion del Exelentisimo Señor Virrey [...] Por el Señor Don Manuel Belgrano se dixo que reproduce el voto del Señor Don Cornelio de Saavedra, y que el Cavallero Sindico Procurador general tenga voto decisivo. Por el Señor Doctor Don Juan Jose Castelli se dixo: que se conforma con el voto del Señor Don Cornelio de Saavedra con calidad de tener voto decisivo durante el govierno en el Exelentisimo Cavildo el Señor Sindico, y que la eleccion de los Vocales de la Corporacion se haga por el Pueblo junto en Cavildo general sin demora. [...] Por el Señor Doctor Don Francisco Seguí se dixo: que siendo un principio legal que es mejor ocurrir en tiempo; que no despues de recibir la herida, buscar remedio devemos aplicarle al presente caso en que nos amenazan peligros bastante inminentes, atendida la notoria conmocion popular por el conocimiento de haver llegado el caso de reasumir sus derechos primitivos; en cuia virtud para evitarlos juzga de forzosa necesidad quede depositada la autoridad interinamente en el Exelentisimo Cavildo hasta tanto que se explore la voluntad general de los demas del Pueblo [...] Por el Señor Comandante Don Martin Rodriguez se dixo: que en la imposivilidad de conciliar la permanencia de la autoridad del Govierno con la opinion publica reproducia en todas sus partes el dictamen del Señor Don Cornelio Saavedra, [...] Por el Señor Don Jose Martin de Zuloeta se dixo: que interin no se sepa de la perdida de España, y no haver dado motivo esta autoridad, deve subsistir la misma; y en caso de no querer variar, se trate de llamar Diputados de las Provincias del Virreinato para su seguridad y ademas que concurran á votar mas de doscientos vecinos de primer orden que faltan. [...] Por el Señor Don Antonio Jose Escalada se dixo: que es de dictamen que para que en esta America del Sur no llegue á suceder lo que há sucedido en España por el abandono en que estaba quando se posesionaron de ella los Franceses, combiene que savido ya, como savemos, que el agonizante estado de la Peninsula, se provea al urgentisimo remedio de ponerse de acuerdo con esta Capital de las Provincias interiores (que tanto distan unas de otras) sobre el partido que deva tomarse para su defensa, á fin de conservar ilesa á nuestro amado y Señor Rey Don Fernando Septimo esta parte de su Monarquia [...]

Cabildo del 23 de mayo de 1810

[...] En el acto procedieron á regular los votos: Y hecha la regulacion con el mas prolixo examen, resulta de ella á pluralidad con exceso, que el Exelentisimo Señor Virrey deve cesar en el mando, y recaer este provisionalmente en el Exelentisimo Cavildo con voto decisivo el Cavallero Sindico Procurador general hasta la ereccion de una Junta que ha de formar el mismo Exelentisimo Cavildo en la manera que estime combeniente, la qual haya de encargarse del mando mientras se congregan los Diputados que se han de combocar de las Provincias interiores para establecer la forma de Govierno que corresponda. [...]

Actas del Cabildo de Buenos Aires

Adaptación del texto de las actas

Ante los acontecimientos que sucedían en España, la prisión del Rey Fernando VII y la caída de la Junta Central de Sevilla, se convenció al Virrey de que se convocara a un Cabildo abierto para decidir cómo se gobernaría este Virreinato. Tras diversas reuniones se determinó celebrar un Cabildo abierto con los vecinos para el día 22 a las nueve de la mañana.

El día 22 se abrió la sesión diciéndole al "fiel y generoso pueblo de Buenos Aires" que las últimas noticias de los sucesos en España habían generado mucha alteración en el ánimo de la población y habían provocado inquietud. El Virrey había permitido que se hiciera un Cabildo abierto con el objeto de conservar el orden y la integridad de los dominios de Fernando VII, pero el pueblo debía recordar que el principal objetivo de la reunión debía ser afianzar la unión con las provincias del interior y evitar toda innovación o cambio, porque éstos eran peligrosos, y no serían aceptadas las decisiones si no estaban de acuerdo con la ley española y no contaban con el consentimiento de los pueblos del interior del Virreinato.

Una vez reunidos los vecinos se procedió a la votación sobre si debía o no seguir gobernando el virrey Cisneros. Los argumentos planteados mostraron la diversidad de opiniones:

Y así todos los participantes fueron dando su opinión acerca de la situación que se vivía. De la votación resultaron: 155 votos por el cese del Virrey y 69 por su continuación en el mando.

Sugerencias didácticas

La incorporación de fuentes históricas al trabajo en el aula permite un primer contacto de los alumnos con las producciones originales. Las características de estilo de la época hacen que la lectura de fuentes sea dificultosa para los más chicos. Por esta razón se ha preparado una adaptación adecuada al Segundo y Tercer Ciclo. El docente tiene la posibilidad de ampliarla con otras participaciones a partir del documento original o modificarla teniendo en cuenta las características e intereses de su grupo de estudiantes. El trabajo en Polimodal puede realizarse directamente con el texto fuente original, y estudiar las características de estilo, ortografía y puntuación del documento.

Se sugiere considerar los siguientes aspectos para que el trabajo resulte más fructífero:Para Segundo y Tercer Ciclo de la EGB se pueden tomar como eje las transformaciones mundiales, su impacto local y el ejercicio de la ciudadanía. Sería conveniente que con anticipación se estudiaran los siguientes temas:

También resultará de utilidad para estos niveles, la propuesta pedagógica N° 3 para EGB 2, Las efemérides: vida cotidiana en la época de la revolución, de la Colección Propuestas para el aula.

Para Polimodal, el eje podría centrarse en la discusión sobre las ideas políticas de las revoluciones americanas; por ello sería conveniente que con anterioridad se estudiaran los siguientes temas:

Miembros de la primera junta

Actividad para Nivel Inicial y EGB 1

La época de los abanicos

Dama con abanicoLos objetos aparecen como significativos para los chicos en la medida en que haya alguien, generalmente un adulto, que les otorgue significado, y que además genere un espacio y diferentes oportunidades para que los chicos puedan apreciarlos. Los objetos pasan entonces a formar parte de un texto a ser leído e interpretado por los chicos.

La siguiente actividad comienza con el relato o la lectura del cuento "Una historia de amor réquete réquete vieja", de Adriana Gallo.

Mariana estaba sentada a punto de tomar la leche cuando escuchó ruiditos... Era la abuela cuentacuentos, que estaba tomando unos mates calentitos en la cocina.

-Dale abue, dame uno.

A Mariana le encantaba matear con su abuela, porque mientras tanto, ella le contaba hermosos cuentos.

-¿Qué me vas a contar hoy, abue?

La abuela sonrió con una sonrisa de sandía, sentó a upa a Mariana y con paciencia de cuentacuentos... ¡perdón! de cuentahistorias, contó:

-¿Sabés Mariana? Te voy a contar la historia de algo que tengo muy bien guardadito, algo que para mí es casi un tesoro, como ese chupete que ya no usás, pero que querés tanto...

-¿Qué es abue? ¿Me lo mostrás?

-Es un recuerdo, cuando era chiquita como vos, mi abuela me lo regaló. ¿Sabés quién se lo regaló a ella? ¡Su abuela!

-Pero entonces... -dijo Mariana con ojos grandotes como uvas por el asombro- ¡es réquete viejo!

-Sí, es réquete viejo... Vamos a hacer una cosa: yo te lo traigo en una cajita y vos vas a tratar de adivinar qué es.

-No, no vale, decime vos.

-Solamente te voy a dar algunas pistas.

Y la abuela, casi en puntas de pie porque era petisa y no alcanzaba la parte alta del armario, bajó su tesoro y dijo con una voz muy misteriosa:

Lo usaban las damas
si tenían calor,
daba aire muy fresquito
y se hacía chiquitito.

-¡Ya sé abue! ¡Un ventilador!

-¡Pero no, Mariana! En esa época no había ventiladores, ni tele, ni video, ni radio - contestó la abuela riéndose mucho.

-¡Qué aburrido, abue!

-No te creas, como la gente no conocía todas esas cosas, se divertía de otras maneras...

-Pero entonces, qué es, contame -pidió Mariana.

-Acá va la segunda ayudita:

Señoritas y señoras
lo usaban en las reuniones
en sus manos lo agitaban
y con él se apantallaban.

-¡Sí! ¡Ya adiviné! Es un a... a... ¿Cómo se llama, abue?

-Abanico.

-¡Eso! ¡Abanico! ¡Como el de mamá!

-¡Claro que sí! Sucede que algunas cosas que existían hace mucho tiempo se siguen usando hoy todavía. Otras, ya no están más.

-A ver... mostrame... ¿Quién dijiste que te lo había regalado?

-Me lo regaló mi abuela, y a su vez a ella se lo había regalado su abuela, que se llamaba Victoria. ¿Y sabés quién se lo regaló a Victoria?

-¡Contame vos!

-Es una historia de amor. A Victoria se lo había regalado Francisco. Él estaba tan enamorado de ella que cada vez que la veía el corazón le pegaba grandes saltos y vueltas carnero. ¡Se ponía tartamudo y se quedaba casi sin respirar! Él se quería casar con ella, pero tenía mucha vergüenza de decírselo.

-¿Y qué pasó entonces?- preguntó muy curiosa Mariana.

Y la abuela contó.

Victoria y Francisco vivieron hace mucho, mucho tiempo, aquí en esta ciudad, cuando Buenos Aires era la capital del Virreinato del Río de la Plata. En esa época las calles eran todas de barro y era muy difícil llegar rápido, porque tampoco existían los colectivos, ni los trenes, ni los autos; mucho menos los aviones. Ellos generalmente andaban en carretas o galeras tiradas por caballos, con ruedas muy grandes y redondas.

Francisco veía a Victoria pasear por la ciudad, con sus vestidos largos, su alegre sonrisa y su peinetón, siempre acompañada por la negrita Manuela. La negrita Manuela cebaba unos mates ¡riquísimos!

Las familias de Francisco y Victoria eran amigas, y se visitaban desde que ellos eran chiquitos. Cuando Francisco empezaba a hacerse hombre y ella señorita, él se animó a declararle su amor y lo hizo regalándole este abanico. Entonces le dijo: "No lo pierdas nunca".

Los papás de ellos se pusieron muy contentos y decidieron organizar una gran fiesta. Compraron muchas velas para iluminar bien el salón. La negrita Manuela limpió tanto la casa, que todo parecía brillar. También cocinó muy ricos pastelitos y empanadas.

Al fin llegó la esperada noche del casamiento. Como era una calurosa noche de verano, Victoria usó el abanico que le había regalado Francisco, que le sirvió para aliviar en parte tanto calor. Esa noche ella le prometió que lo guardaría con mucho amor para la hija que tuviesen y para la nieta que llegaría más tarde.

Actividades sugeridas

Recomendaciones bibliográficas