Presentada la primicia y obtenido el aval del entonces ciertamente "popular" y reconocido círculo científico, el cinematógrafo Lumière fue percibido socialmente como una prueba de la supremacía del saber humano. Aunque el primer público de este nuevo invento estaba interesado en la ciencia aplicada antes que en el divertimento, fue la curiosidad popular que despertó este espectáculo de laboratorio, gracias a las extensas promociones en artículos de revistas relacionadas con instituciones científicas, lo que garantizó más adelante su dimensión espectacular.

Ciencia, industria y cultura

La heterogénea mezcla tecno-científica, industrial y cultural que implicó el desarrollo del invento cinematográfico durante la década de 1890, ha sido extensamente documentada.

El carácter de distracción colectiva que habían adquirido las proyecciones de imágenes animadas, así como el creciente interés del público por las diversiones basadas en la mecanización y/o la electricidad (baste recordar las exhibiciones públicas del fonógrafo o de los primeros aparatos de rayos X en teatros y ferias, por ejemplo), sirvieron de antesala al cine para ingresar sin mucha dificultad en el ámbito de los espectáculos masivos.

Del carácter espectacular derivó la necesidad industrial, principio indispensable para garantizar una producción numerosa, capaz de satisfacer las crecientes demandas y sustentar la explotación comercial del producto cinematográfico. Ahora bien, envueltos en un espectro tan poco académico como el descripto, ¿dónde radica el influjo de la ciencia y la tecnología?

Para examinar los vínculos que mantiene la investigación científica y tecnológica con la cinematografía, habría que remitirse en primera instancia al pasado pre-cinematográfico. Del campo de la ciencia provenían gran parte de aquellos hombres que sirvieron como inspiradores, precursores, iniciadores, inventores, e incluso comercializadores del cine. Condensando avances provenientes de la física, la astronomía, la química y la fisiología, los numerosos sistemas ideados a fines del siglo XIX para el registro y proyección de vistas animadas surgieron gracias a reformulaciones de elementos tecno-científicos preexistentes.

Lo que aportó la ciencia

Existen, en efecto, muchos aportes precursores cuyos orígenes pueden remontarse hasta el siglo XVI o aún más atrás. Casi todos presentan íntima relación con el ámbito de la investigación científica, por ello, no podríamos haber tenido cine sin los de aportes de la ciencia: soluciones tecnológicas que, tomando luego aplicaciones prácticas diversas a aquellas que les dieron origen, fueron adaptadas para la construcción de aparatos tomavistas y proyectores.

El cinematógrafo supone el control de cuatro áreas: el registro fotográfico de las imágenes, incluido el soporte flexible (derivado en gran parte de investigaciones de índole químico y fotográfico); el análisis fotográfico del movimiento, con el dominio de la técnica de exposición intermitente (estudiado en primera instancia por la fisiología); la síntesis del movimiento y los problemas que acarrea el arrastre de la película (aspecto solucionado por la mecánica); y la proyección (cuyos avances provienen en alto grado de la astronomía y la óptica).

Podemos tomar al francés Louis Lumière como ejemplo para ilustrar qué tan profundas llegaron a ser las relaciones cine-ciencia en la etapa del cine-invento. En primer lugar: las presentaciones iniciales del aparato puesto a punto por los Lumière en Francia, y por Edison en USA, se llevaron a cabo como exhibiciones de investigación, en ambientes exclusivamente técnicos o científicos y no en lugares públicos.

"Es sobre todo en la actitud de Lumière frente a sus temas, en ese encuadre que ofrece generalmente un amplio espacio para el desarrollo de la acción en todas direcciones donde podemos desvelar una actitud casi científica. Efectivamente, las escenas parecen desarrollarse ante su cámara un poco como el comportamiento de un organismo microbiano bajo el microscopio del biólogo o el movimiento de las estrellas en el telescopio del astrónomo." (Burch, 1987)

Presentada la primicia y obtenido el aval del entonces ciertamente "popular" y reconocido círculo científico, el cinematógrafo Lumière será percibido socialmente como una prueba de la supremacía del saber humano. Aunque el primer público de este nuevo invento estaba interesado en la ciencia aplicada antes que en el divertimento, fue la curiosidad popular que despertó este espectáculo de laboratorio, gracias a las extensas promociones en artículos de revistas relacionadas con instituciones científicas, lo que garantizó más adelante su dimensión espectacular. Incluso al ocurrir la transición de público especializado a espectadores "no iniciados", el aspecto científico del cine (y no exclusivamente del cinematógrafo Lumière, como podrá verse) era destacado como la atracción principal: "Está entre nosotros, para exhibirse entre pocos días, el último maravilloso invento de Mr. Edison, titulado: Vitascopio". "Sólo veinte días hace que por primera vez se exhibe el gran aparato, en Nueva York y debido al entusiasmo de un compatriota, que presenció la maravilla del invento, está ya en esta ciudad..." El Avisador (Maracaibo), 9 de julio de 1896, s.p.

"...Al estreno de esta brujería edisina acudió el sábado una concurrencia digna del bello espectáculo. Sólo faltaban los fotógrafos y los mecánicos, aunque se trataba de un colmo de la mecánica y de la fotografía. (...) Felicitamos al empresario y recomendamos al público este espectáculo científico y artístico." El Tiempo (Caracas), 7 de septiembre de 1896, s.p

Físicos, químicos, fisiólogos, estudiosos del movimiento e inventores

Previo a la conmoción originada por la Primera Guerra Mundial, el cinematógrafo surgió como uno de los inventos más atrayentes de su época, condensando las aplicaciones de la electricidad, la mecánica y la química para convertirse en estandarte de la trascendente carrera por dominar la naturaleza y ponerla al servicio del hombre. El estudio de la visión y la óptica, primordialmente las investigaciones centradas en el fenómeno de la persistencia retiniana , originaron diversas aplicaciones materiales para su estudio como la linterna mágica (basada en el principio de la cámara oscura), el zootropo o el praxinoscopio.

Sin embargo, en estos artefactos sólo encontramos un movimiento ilusorio, si bien la linterna resuelve básicamente los principios de la proyección y el empleo de lentes de aumento para ampliar y/o definir la imagen. El físico belga Joseph-Antoine Plateau (1801-1883), estudiando las leyes del efecto estroboscópico en la visión, diseñó hacia 1832 su fenaquistocopio, que más adelante derivó en el zootropo de William Horner.

Émile Reynaud (1844-1918) desarrolló a fines de la década de 1870 el praxinoscopio, un zootropo perfeccionado con espejos que era capaz de proyectar las imágenes en serie dibujadas en el tambor rotatorio del sistema. Con respecto a la química, incluyeron su aporte Nicéphore Niepce (1765-1833) y Louis Daguerre (1787-1851), con el desarrollo de la daguerrotipia y la fotografía. El avance de las emulsiones redujo drásticamente el tiempo necesario de exposición "en pose" del objeto fotografiado y, gracias a ello, Eadweard Muybridge (1830-1904) pudo emplear en 1878 la fotografía en serie para el estudio de la locomoción animal. Ya en 1874, el astrónomo francés P. Jansen (1824-1907) había diseñado un aparato al que denominó revólver astronómico, logrando el registro automático del paso del planeta Venus frente al sol. Siguiendo esta línea de trabajo, el fisiólogo Étienne-Jules Marey (1830-1904), empleará un nuevo a diseño a la idea de Jansen, creando el fusil fotográfico para cronofotografiar elementos móviles a una velocidad de doce fotos por segundo y estudiar en detalle la locomoción humana y animal.

Una vez popularizado, el invento cinematográfico siguió atrayendo público fundamentalmente por su novedad. Sin embargo, en pocos años el cine abandonó sus orígenes científicos para dedicarse por completo al aspecto lúdico-comercial, pasando así del estatus de invento a la categoría de diversión pública.

El documental y la ficción

Las películas narrativas de ficción, proyectadas en las primeras sesiones como un elemento más del repertorio fílmico, interesaron rápidamente a los productores y financistas del cine por su capacidad de contar, con verosimilitud, historias que atraían al público. Aquellos filmes cuyo tema y/o intención seguía conectado estrechamente con la ciencia, fueron marginados al área de las películas documentales, producto no muy apetecido por las compañías establecidas. Los realizadores interesados en los documentales científicos fueron perdiendo lugar en la gran industria, viéndose obligados a producir de modo independiente y obtener los fondos de instituciones científicas, lo cual implicaba casi siempre su ausencia de los circuitos de exhibición comerciales.

En los inicios del cine, la duración promedio de una película oscilaba entre uno y cinco minutos. Gradualmente, hacia 1910, los avances tecnológicos (las películas del cinematógrafo Lumière, por ejemplo, no podían pasar de la extensión impuesta por los pequeños rollos de película) y la intenciones narrativas, cada vez más complejas, promovieron el aumento del lapso temporal empleado para el film. Así, alrededor de 1915, las películas de ficción comenzaron a estandarizar el uso del largometraje, empleando tiempos fílmicos que oscilaban entre una y tres horas. Finalmente, la producción industrial normativizó el empleo del largometraje como canon general, institucionalizando (en el sentido que le otorga Burch al término) la duración fílmica promedio que se mantiene hasta hoy día (entre noventa y ciento veinte minutos aproximadamente).

Actividad sugerida

a) -Visión y discusión de los cortos recomendados a continuación.

b) -Búsqueda en Internet de los distintos artefactos de transición nombrados en el artículo hasta llegar a la cámara de cine y los sistemas de proyección actuales.

VER VIDEOS

Primer film de los hermanos Lumiere

Llegada del tren a la estación - De la colección Lumiere

Bebé comiendo - Col. Lumiere

Una escena de hipnotismo - Col. Lumiere

Salida de la fábrica - Col. Lumiere

Breve historia de la fotografía

Evolución de la fotografía

La mosca cronofotografiada por Etienne Jules Marey

Fenaquistocopio de Joseph Antoine Plateau

Praxinoscopio - Reynaud

Zootropo de William Horner - Praxinoscopio

Zootropo 3D

Las cabinas del acantilado - Reynaud

Producciones de Muybridge

Tributo a Muybridge

Muybridge "recreado" - Videoclip

Thomas Edison, la biografía animada

Kinetoscopio de Edison

Películas de kinetoscopio