La propuesta es mostrar cómo el escritor contribuye, a partir de sus textos, a crear la imagen del prócer.

Pocos días antes de cumplir los 30 años, Sarmiento publica en Chile -donde se encontraba exiliado- el artículo "El 12 de febrero de 1817". El escrito iba firmado por "Un teniente de artillería de Chacabuco", y pretendía ser la crónica fiel del cruce de los Andes desde el punto de vista de un integrante de ejército del General San Martín.


La pieza despierta curiosidad e interés en la opinión pública, y así el por entonces desconocido Sarmiento ingresa al mundo del periodismo y la política.

Las actividades que te proponemos a continuación invitan a relacionar la obra literaria de Sarmiento con su carrera política. A partir de estas actividades, tus alumnos podrán trabajar sobre dos ejes: la idea que Sarmiento tenía de la fama y de la consagración, y el segundo, el modo en que el escritor Sarmiento crea al personaje público.

Primera actividad: Sarmiento y el reconocimiento público (sugerida para nivel secundario).

A partir de los siguientes fragmentos, te proponemos que tus alumnos consideren la importancia que tenía para Sarmiento la construcción de la imagen pública. Para ello, te sugerimos que la primera lectura se realice en forma individual. Luego, tus alumnos pueden agruparse y responder a las preguntas que figuran al final de cada fragmento.


Repercusiones del artículo "El 12 de febrero de 1817", por Sarmiento.


"El escrito hizo una gran sensación, por la novedad, decía, del estilo, por la audacia de la concepción, puesto que increpaba a la nación su ingratitud para con los libertadores. Don Andrés Bello lo declaró irreprochable en cuanto a las formas y anuncio de una revolución en las ideas políticas y en el gusto literario. Los hombres de Estado (...) vieron en el autor todavía desconocido un político de alta esfera y se apresuraron a buscar la procedencia del escrito y llamar a su autor, aun suponiéndolo extranjero, a dirigir o expresar la política del gobierno en la prensa."
Sarmiento, Domingo F. Citado en Prólogo de Sarmiento, Domingo F. "Chile". Buenos Aires, Eudeba, 1961.

  1. Hagan una lista con todos los méritos que, según Sarmiento, los críticos encontraron en su artículo.
  2. ¿Qué opinaron, según Sarmiento, los hombres de Estado?
  3. ¿Privilegia Sarmiento alguna de las dos facetas (literaria/política) del artículo?
  4. ¿Hay alguna expresión de autocrítica en el comentario? ¿Los elogios que recoge: son anónimos y generales o son de personas importantes?


Segunda actividad: Sarmiento inventa a Sarmiento (sugerida para nivel primario y secundario)

En Recuerdos de Provincia (1850) Sarmiento traza su biografía, presentándose como un hombre dotado de todas las virtudes. El lector, al recorrer las páginas, encuentra indicios que le aseguran que el autor está predestinado a ocupar las más altas funciones en beneficio de la Patria. La imagen que Sarmiento presenta de sí mismo es atractiva y establece lazos de intimidad con el lector. A partir de fragmentos escogidos, te proponemos que tus alumnos disciernan qué quería implicar Sarmiento con algunos de los hechos que narra o ideas que expresa. Hay que tener presente que, por entonces, el autor era un hombre casi desconocido en la Argentina.


"Las páginas que siguen son puramente confidenciales, dirigidas a un centenar de personas, dictadas por motivos que me son propios".
"A mediados del siglo XII, un jeque sarraceno, Al Ben Razin, conquistó y dio nombre a una ciudad y a una familia que después fue cristiana. M. Beauvais, el célebre sericultor francés, ignorando mi apelido materno (Albarracín), y sin haberme visto con albornoz, me hacía notar que tenía fisonomía completamente árabe..."
"Aquí termina la historia colonial, llamaré así, de mi familia. Lo que sigue es la transición lenta y penosa de un modo de ser a otro; la vida de la República naciente, la lucha de los partidos, la guerra civil, la proscripción y el destierro. A la historia de la familia se sucede, como teatro de acción y atmósfera, la historia de la patria. A mi progenie me sucedo yo..."
"Siendo alumno de la escuela de lectura, construyóse en uno de sus extremos un asiento elevado como un solio, a que se subía por gradas, y fui ya elevado a él con nombre de ¡primer ciudadano! Si el asiento se construyó para mí, dirálo don Ignacio Rodríguez, que aún está vivo; sucedióme en aquel honor un joven Domingo Morón, y cayó después en desuso".
"Yo creía desde niño en mis talentos como un propietario en su dinero, o un militar en sus actos de guerra. Todos lo decían y en nueve años de escuela no alcanzaron a una docena, entre dos mil niños que debieron pasar por sus puertas, que me aventajasen en capacidad de aprender..."
"Quiero antes de entrar en cosas más serias, echar una mirada sobre los juegos de mi infancia, porque ellos revelan hábitos solariegos de que aún se resiente mi edad madura. No supe nunca hacer bailar un trompo, rebotar la pelota, encumbrar una cometa, ni uno solo de los juegos infantiles a que no tomé afición en mi niñez. En la escuela aprendí a copiar sotas y me hice después un molde para calcar una figura de San Martín a caballo..."
"Andando el tiempo, yo había logrado hacerme de la afección de una media docena de pilluelos, que hacían mi guardia imperial y con cuyo auxilio repetí una vez la hazaña de Leónidas, a punto que el lector, al oírla, la equivocará con la del célebre espartano".
"En 1826 entraba tímido dependiente de comercio en una tienda, yo que había sidio educado por el presbítero Oro en la soledad que tanto desenvuelve la imaginación, soñando congresos, guerra, gloria, libertad, la república en fin."
"La historia de Grecia la estudié de memoria, y la de Roma enseguida, sintiéndome sucesivamente Leónidas y Bruto, Aristídes y Camilo, Harmodio y Epaminondas; y eso mientras vendía yerba y azúcar, y ponía mala cara a los que me venían a sacar de auqel mundo que yo había descubierto para vivir en él. (...) Otra lectura ocupóme más de un año: ¡la Biblia!."
"El 19 de noviembre de 1840, al pasar desterrado por los baños de Zonda, con la mano y el brazo que habían llenado de cardenales el día anterior, escribí bajo un escudo de armas de la república: On ne tue point les idées (las ideas no se matan)..."
Sarmiento, Domingo F. Recuerdos de Provincia. Salvat, 1970.


1- En grupos, comenten cada fragmento. ¿Qué función cumplen los hechos protagonizados por el niño o el joven Sarmiento en relación con su acción pública? ¿Qué características de su personalidad se ponen de manifiesto?

2- Escriban una breve autobiografía (una carilla) que resalte sus virtudes, y que anticipe indirectamente el éxito que cada uno tendrá en un campo laboral, artístico o deportivo a elección. Coméntenlas en grupos.