Es necesario partir de definiciones claras y sencillas de los términos. ¿Qué es moral? Sistema de valores. Los valores básicos, los valores "auxiliares" (en el sentido en que el verbo ser es un verbo "auxiliar") son el bien y el mal. Pero estos conceptos no suponen por su mera enunciación un contenido determinado: podemos, según quién seamos, en qué época vivamos o a qué sociedad pertenezcamos, decir que es buena una cosa o su contraria. De allí la complejidad de los temas morales. Para decirlo junto con Nietzsche: no existen hechos morales. Cada vez que se valora algo se está expresando una valoración determinada por una perspectiva. No hay valores en sí, hay propuestas de valor, que pueden ser objeto de acuerdos importantes y abarcativos, pero que no por eso dejan de ser apreciaciones que dependen de puntos de vista. Esta posición no implica quitarle sentido a los valores, por el contrario, implica ligarlos con la experiencia de vida a la que pertenecen, y más que dar lugar a una posición escéptica es una convocatoria a la acción de valorar, de decir qué se quiere y por qué se lo quiere.

¿Qué es ética? Son los valores que rigen las relaciones entre las personas, los valores sociales, podríamos decir. Cuando se dice que algo no es "ético" se está usando mal el término. Se quiere decir en realidad que se trata de una conducta que no consideramos buena o valiosa desde nuestro punto de vista, punto de vista que estamos dispuestos a defender como válido y necesario, y a aplicarlo de manera comunitaria (lo cual es por supuesto correcto). El campo de la ética es un terreno rico en problemas y conviene generar un entorno de discusión amplio y capaz de diferencias. Más que proponer como punto de partida una rápida imagen del bien social incuestionable, es importante -si queremos que la clase despliegue sus sentidos abriéndose como una flor- que logremos un ambiente de discusión divertido y tolerante, en el que los supuestos básicos de la ética convencional puedan ser puestos en duda libremente. De ese fundamento podremos esperar alumnos capaces de valorar con autenticidad y de respetar las valoraciones diversas. De otro modo estaremos determinando un tratamiento hipócrita de estas cuestiones, y propagando asi la vigencia de una doble actitud muy arraigada: todos nos decimos profundamente afectados por la existencia de la pobreza pero al mismo tiempo somos muy poco capaces de generar alternativas útiles. El tema ético no debe ser la oportunidad para desplegar las plumas del pavo real moral que llevamos dentro, sino la ocasción para abordar con profundidad las contradicciones y dificultades de la vida en sociedad. El tema de los valores es indispensable, pero el objetivo de su tratamiento no es el de ofrecer un contenido sino una búsqueda. Paradógicamente, de la libertad de esa búsqueda cabe esperar como resultado el reconocimiento de los valores que suelen identificarse como deseables.