Introducción

Cotidianamente las escuelas son escenario de diversas expresiones de la violencia. No podría ser de otro modo, porque la escuela es una institución social y nuestra sociedad posee una larga historia de guerras, asesinatos, torturas, secuestros y diversas formas de abuso y explotación que atentan contra la vida y la integridad de las personas. Quizá lo más nuevo y auspicioso de esta larga historia es que junto a la espiral aparentemente creciente de violencia que impregna todo el tejido social, también crece incesantemente la conciencia crítica frente a ella, alertando sobre el peligro que representa para nuestra supervivencia humana y advirtiendo de su inutilidad como mecanismo para resolver conflictos.

Pero lo que parece nuevo también, y produce el impacto más fuerte en el ámbito escolar, es el lugar protagónico de los chicos y chicas en esas situaciones. Comprender más claramente cómo se construye y qué significa el fenómeno de la violencia puede ayudarnos a sentir menos angustia y también a adoptar una actitud más activa y positiva para hacerle frente, superando la parálisis que su presencia suele provocar.

Objetivos

Identificar situaciones de violencia individual o social y buscar alternativas de resolución no violenta a las situaciones conflictivas planteadas por la pertenencia a grupos que se identifican con la resolución no violenta de problemas o conflictos.

Desarrollo

Se presenta un collage que contiene titulares de noticias que denotan tres modalidades de expresión de la violencia:

Si lo desea, puede proponer a los alumnos que elaboren su propio collage.

Es importante que explicite a sus alumnos la diferencia entre cada modalidad de expresión de la violencia.

Los alumnos y alumnas, reunidos en pequeños grupos, observarán los titulares de los diarios seleccionados y los clasificarán según la modalidad a la que correspondan.




Luego, podrían vincular los titulares de las noticias ya clasificadas con los derechos expresados en los siguientes artículos de la Convención sobre los Derechos del Niño:

Proponemos que los alumnos, en trabajo grupal, expresen sus conclusiones completando las variables del cuadro que sigue:

Hecho o noticia

Modalidad de expresión de la violencia

Artículos de la Convención

Por omisión

Por acción individual

Social

Posteriormente elaborarán, si es posible en colaboración con el profesor de Educación Plástica, pósters con códigos publicitarios que expresen consignas y eslogans a favor de la No Violencia, que pueden ser expuestos en una fase de cierre de la actividad.

Material de reflexión para el docente

Le proponemos realizar un ejercicio para comenzar a reflexionar acerca de cómo nos afecta el tema, en lo personal. Trate de darse tiempo para leerlo y pensarlo con tranquilidad. Estamos convencidos de que se trata de un paso importante para encarar luego la tarea con sus alumnos.

Trate de identificar por lo menos tres situaciones de su vida en las que Ud. sintió que fue víctima de violencia. Ahora recuerde...

A continuación, trate de pensar en situaciones donde Ud. crea que ha ejercido violencia:

Le proponemos que piense ahora, respecto de los dos tipos de situaciones, aquellas en las que usted se sintió víctima y en las que ejerció activamente la violencia:

A continuación, le sugerimos que lea los siguientes textos:

Las personas somos diferentes y estas diferencias implican necesidades e intereses -particulares, individuales y grupales- que pueden hallarse en contraposición. Tales situaciones, normales en todas las instancias de la vida social, son generadoras de conflicto. El conflicto surge de las diferencias en las relaciones y su superación implica siempre una situación nueva, en la que todas las partes resultan transformadas. Es por lo tanto un aspecto inherente a todos los vínculos interpersonales, grupales y de organizaciones, que constituye el motor principal de los procesos de cambio personal y social.

La existencia de conflictos en las relaciones es un hecho insoslayable y pretender suprimirlos sólo puede generar violencia. Por el contrario, reconocerlos y asumirlos positivamente permite resolverlos de manera superadora. [...]

La resolución de situaciones conflictivas mediante el diálogo y el uso de la razón es posible y, sobre todo, es la más eficaz y duradera. Pero lograrla de ese modo implica necesariamente el reconocimiento mutuo y la disposición a modificar posiciones y rectificar errores sin que ello sea interpretado como derrota, sino por el contrario como vía de progreso personal y social.

Cuando se acumula poder de manera excesiva, se suele establecer con los otros una relación en la que se los desconoce, asignándoles una identidad parcializada y desvalorizada en la que se niega su humanidad plena. Esto sucede en todos los ámbitos de las relaciones humanas, incluso en aquellos más íntimos, donde los vínculos entre las personas, supuestamente, deberían ser de carácter amoroso, como por ejemplo, en las relaciones de pareja y en las familias. En ellas, con lamentable frecuencia, los niños y las mujeres, por su debilidad relativa, son víctimas de situaciones de violencia.

Cuando nos sentimos impotentes para resolver un conflicto, para evitar hacer uso de la fuerza, es conveniente recurrir a instancias de arbitraje, capaces de redefinir e imponer normas que sean aceptadas por todas las partes. Se hace necesario entonces, la existencia y aceptación de una autoridad capaz de restablecer la justicia en la relación entre los protagonistas del conflicto. Pero esta autoridad no puede ser impuesta por la fuerza, porque ello es una forma de violencia, y tampoco es necesario que esté representada por una persona, puede ser también una institución o en su forma más abstracta, la ley. Todas las Declaraciones y Tratados de Derechos Humanos, partiendo del reconocimiento de la diversidad de identidades y necesidades específicas de los grupos humanos, apuntan a ofrecer dicho marco normativo, y varios de ellos condenan de manera explícita el recurso de la violencia. Tal el caso de la Declaración sobre la Violencia contra la Mujer que la define como: "cualquier acto, omisión, comportamiento controlado o amenaza, dentro de cualquier esfera, que resulte o pueda resultar en daño físico, sexual o psicológico para la mujer"

En particular, la Convenciónsobre los Derechos del Niño hace referencia a la protección especial que ellos merecen en los artículos 32, 33, 34,35, 36,37,37,39, y 40.