Partimos del presupuesto de que el cine y el teatro son formas de narrar, de temporalizar, así como lo son el mito, la novela, la poesía, la pintura, la historia, etc. Las ciencias y las artes, cada una a su modo, narran historias. Por ello hablamos de lectura y de textos fílmicos o relatos cinematográficos y de dramaturgia o lecturas de textos/obras teatrales.
También sabemos que, a pesar de la existencia de las múltiples lecturas que ofrece un texto -en nuestro caso textos fílmicos y teatrales- no cualquier lectura es válida. La multiplicidad de lecturas es una expresión directa del principio de subjetividad, por el cual cada espectador/lector se convierte en un "iniciador de acción" al elegir entre las propuestas éticas alternativas desplegadas por el film o la obra.
De esta manera estaríamos afirmando que hay tantas lecturas posibles como lectores y, yendo aún más lejos, que cada lector puede hacer lecturas diferentes de determinado texto en distintas circunstancias de su vida. Para acotar este principio de extrema libertad incluiremos una cláusula al contrato de lectura: la validez.
Así como en la ciencia se validan las hipótesis puestas a prueba, en la lectura de películas y obras teatrales también se validan las lecturas o análisis. Una lectura posible será válida cuando sus interpretaciones estén correctamente argumentadas.
En otras palabras, tenemos que apelar a una subjetividad pasible de ser reconstruida, a una subjetividad clara y experimentable. Con ese objetivo proponemos un espectador/lector capaz de describir y precisar tanto sus diálogos íntimos con el texto fílmico o teatral como las derivaciones resultantes. Pues su interpretación es el producto de las conversaciones entre el texto de las imágenes, el texto fílmico o teatral propiamente dicho y el texto empírico previo representado por el propio corpus de creencias, ideas y experiencias de dicho espectador.
La función referencial de las imágenes, del texto fílmico o de la obra de teatro es capaz de "re-describir el mundo" ofreciéndole al espectador una forma alternativa de acceso al conocimiento de la (su) realidad. La ciencia le ofrece otra forma o aproximación. Y el cruce de ambas formas puede iluminar la sensibilidad y el saber de una manera asombrosa.
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