Salta. Argentina

Sendero en el entorno del Parque Nacional El Rey (Salta, Argentina).

Para conservar algunos ambientes, evitar la perturbación irreversible de ciertos ecosistemas y fomentar el uso sustentable de los recursos naturales, se definen áreas donde se implementan diferentes políticas que regulan y/o restringen las actividades humanas.

¿Qué son las áreas silvestres? ¿Cuáles son los criterios para crear áreas protegidas? ¿Qué son las reservas de biosfera? En este artículo encontrarán algunas respuestas.

Las áreas silvestres

Usualmente, el concepto de área silvestre nos hace pensar en el medio natural, en el que incluiríamos zonas vírgenes, áreas con transformaciones humanas mínimas y sectores productivamente marginales, tales como selvas, praderas, humedales, entre otros. No obstante, muchas de estas áreas aparentemente vírgenes son sólo fragmentos de lo que en otro momento fueron e, incluso, no quedan excluidas de procesos globales, como la contaminación y el cambio climático. Es decir, actualmente casi no existen ambientes totalmente intocados; y esto nos permite cuestionar el carácter natural o virgen de las áreas silvestres.

Las áreas silvestres son uno de los principales objetos de las políticas de conservación de la naturaleza. Ahora bien, en el contexto de las necesidades sociales y las actividades humanas actuales, las propuestas de conservación de dichas áreas deberían centrarse en las formas de relación entre la sociedad y la naturaleza más que en proteger algún componente específico del medio natural (una especie en peligro, por ejemplo). Esto es: la conservación de las áreas silvestres no debe implementarse recurriendo a acciones aisladas y externas a los procesos sociales.

La conclusión parece inevitable. Sin embargo, las políticas de conservación no siempre se han manejado con ese criterio. A lo largo de la historia, las posturas han sido diferentes.

¿Preservar o conservar?

En el siglo pasado, el preservacionismo predominaba entre las formas de conservación de la naturaleza. Este predominio respondía al interés de ciertos sectores de la sociedad europea y estadounidense por resguardar, para su propio disfrute, determinados paisajes monumentales (el Parque Nacional Yellowstone, por ejemplo), percibidos como naturaleza libre de intervenciones humanas. Coincidiendo con esta tendencia, vigente hasta fines de la década del 70 y también presente en la Argentina, se crearon parques nacionales y reservas estrictamente protegidos que excluían los asentamientos y actividades humanas.

Entre los años 20 y 30, se incorporaron ideas científicas al campo de la conservación, gracias al aporte de la ecología, que destacó la importancia de mantener los procesos naturales de los ecosistemas. Estas ideas permitieron convertir en áreas protegidas otros sitios no monumentales, como las costas y los humedales.

Más recientemente, las políticas de conservación se han centrado en el problema de mantener los recursos naturales para permitir el bienestar de la sociedad, tanto el de las generaciones presentes como el de las futuras. Para ello, se ha incorporado el concepto de "desarrollo sustentable" que, a diferencia de la postura preservacionista, subraya que es necesario conservar el paisaje y, al mismo tiempo, permitir un uso racional de los recursos naturales.

Bajo este espíritu, que involucra la participación activa de la sociedad en la conservación de los recursos, han sido concebidas las reservas de biosfera del Programa sobre el Hombre y la Biosfera (MAB) de la Unesco. Éstas constituyen un tipo especial de área protegida.

¿Qué significa conservar?

Las áreas protegidas son los ámbitos en donde se implementan las políticas de conservación.

La conservación de estas áreas implica respetar los procesos ecológicos, evitando que las actividades humanas los impidan o modifiquen, ya que varios ecosistemas o especies no sobrevivirían en las condiciones actuales sin protección estricta.

Conservar no significa evitar cualquier alteración en los ambientes y ecosistemas. De hecho, desde el punto de vista ecológico, los ecosistemas no se encuentran libres de cambios, ya que muestran un comportamiento más o menos regular de perturbación-regeneración. Dicho comportamiento se debe, generalmente, a causas periódicas o recurrentes (pulsos de incendios, inundaciones, sequías, eventos geológicos, etc.). En este contexto, las modificaciones humanas no interrumpen situaciones de equilibrio sino que se integran alterando el régimen de perturbación ecosistémica.

Las políticas de conservación toman en cuenta los usos del suelo (agrícola, turístico, urbano, etc.). Por eso, en muchos lugares, las áreas protegidas se planifican considerando las actividades económicas. En algunos casos, se promueve que los diferentes actores involucrados acuerden las acciones que deben encarar para conservar los recursos naturales de los que hacen uso. Para esto, es deseable que vean claramente los beneficios de realizar estas acciones.

Actualmente, conservar significa manejar el medio natural para alcanzar objetivos preestablecidos, que pueden ser ecológicos, sociales, económicos, científicos o culturales. El manejo de un área protegida comprende una propuesta de acciones y el empleo de herramientas para obtener como resultado el mejor aprovechamiento y la permanencia de los recursos naturales.

¿Qué es un área natural protegida?

Un área natural protegida es un territorio de características naturales o seminaturales, comprendido dentro de ciertos límites bien definidos, que es sometido a un manejo de sus recursos para lograr objetivos establecidos. Un área natural protegida puede pertenecer a la nación o a un organismo público provincial, pero también puede ser de propiedad privada, y ser manejada de acuerdo con normas fijadas por autoridades estatales.

Habitualmente se priorizan, por lo menos, cinco motivos ecológicos para la creación de áreas protegidas:

Un tipo especial de área protegida: las reservas de biosfera

Las reservas de biosfera constituyen una alternativa viable para integrar la conservación de la naturaleza con el desarrollo socioeconómico. Son áreas de ecosistemas terrestres y costeros reconocidas a nivel internacional por el Programa sobre el Hombre y la Biosfera (MAB) de la Unesco, del que la República Argentina forma parte. Todas estas áreas integran una red mundial de 368 reservas repartidas en 91 países. Los distintos países presentan propuestas para su designación. Dichas propuestas deben satisfacer varias condiciones antes de poder incorporarse a esa red.

Cada reserva de biosfera tiene tres funciones básicas que se complementan y refuerzan entre sí:

Cada reserva de biosfera permanece bajo la jurisdicción del país en donde está ubicada. Algunos países han creado legislación específica para este tema. No obstante, debido a que sus objetivos son compatibles, diversas reservas incluyen otras áreas protegidas que ya disponen de protección legal (como parques nacionales o reservas naturales) o bien son incluidas en otros sitios con algún tipo de reconocimiento internacional, como los sitios que son designados Patrimonio Mundial de la Humanidad (Unesco) o las áreas incluidas en la Lista de Humedales de Importancia Internacional (Ramsar).

La configuración espacial de cada reserva de biosfera varía según situaciones locales. Sin embargo, en términos generales, consiste en una zona núcleo, una zona buffer o de amortiguación y una zona de transición.

Respecto de la propiedad de la tierra, se dan distintas situaciones. Las zonas núcleo de las reservas de biosfera son, generalmente, tierras públicas, pero también pueden ser privadas o pertenecer a organizaciones no gubernamentales. Las zonas de amortiguación pueden ser de titularidad pública o de propiedad privada, al igual que las zonas de transición (aunque suelen ser administradas por agentes privados).

La creación de una reserva de biosfera supone un gran desafío: lograr mecanismos apropiados para conciliar intereses conflictivos, planificar y coordinar todas las actividades que han de desarrollarse en ella. Esta dimensión social de las reservas es lo que las diferencia de otras áreas protegidas, ya que su gestión se entiende como un pacto entre la población local y la sociedad en su conjunto. Este reto requiere del interés y la imaginación de los actores involucrados y permite a la población local estar mejor preparada para responder a las presiones políticas, económicas y sociales externas que podrían afectar el patrimonio natural y cultural.

Por otra parte, tenemos que considerar que la creación de una reserva de biosfera puede desencadenar conflictos. Crear una reserva de biosfera implica "recortar" un sector del espacio de acuerdo con una serie de criterios. En otras palabras, la creación de un área protegida es una decisión política que se materializa en prácticas concretas como la delimitación, la zonificación y la instrumentación legal. Dichas prácticas repercuten en el espacio geográfico sobre el que se realiza la localización y en la sociedad que ha modificado ese espacio.

La Argentina posee siete reservas de biosfera: San Guillermo (provincia de San Juan), Reserva Natural de Vida Silvestre Laguna Blanca (provincia de Catamarca), Parque Costero del Sur (provincia de Buenos Aires), Ñacuñán (provincia de Mendoza), Laguna de Pozuelos (provincia de Jujuy), Yabotí (provincia de Misiones) y Parque Atlántico Mar Chiquita (provincia de Buenos Aires). Actualmente existen varios proyectos para crear nuevas reservas.

De acuerdo con el éxito que se obtenga en la gestión de las reservas, podremos encontrar cambios positivos en las condiciones de los ecosistemas. Dichos cambios se lograrán a través de la protección, el uso adecuado de los recursos y la generación de conocimiento científico.

El caso de la Reserva de Biosfera de Ñacuñán

Localizada en el departamento de Santa Rosa, provincia de Mendoza (Argentina) y con una superficie de 12.800 hectáreas, la Reserva de Biosfera de Ñacuñán ha sido el escenario de varios cambios en términos de conservación y desarrollo sustentable.

El principal desafío de los gestores de la Reserva de Biosfera de Ñacuñán ha sido armonizar la relación entre los 80 habitantes del pueblo de la reserva y su entorno. Existía una gran necesidad de integrar a los pobladores con las metas de la reserva, crear una conciencia conservacionista y brindar la información necesaria para el uso sustentable de los recursos. Para ello, se implementó el Programa Escuela del Desierto, con los objetivos de lograr la valorización, el conocimiento y la conservación de los recursos naturales de las zonas áridas y de transferir a los pobladores locales y productores rurales del entorno los resultados de las investigaciones científicas. En esta línea, el programa se transformó en un centro de educación, difusión y apoyo comunitario con influencia local y regional. En los últimos años, se han iniciado proyectos con los pobladores de la reserva, y se ha logrado su participación e integración en el manejo de la misma. Por ejemplo, a través del Proyecto Desarrollo Sustentable de la Comunidad de Ñacuñán, se implementaron prácticas compatibles con el desarrollo sustentable y la preservación de los recursos naturales, tales como huertas, artesanías, construcción y utilización de hornos solares, entre otras.

Por otra parte, la función de esta reserva en cuanto a la conservación de la biodiversidad es de suma importancia, si tenemos en cuenta que se encuentra localizada en una zona árida, donde la restauración y los procesos biológicos son muy lentos. Con la implementación de la reserva se ha logrado la recuperación de la cobertura vegetal en el área y la conservación efectiva de las zonas núcleo.

La implementación de esta área protegida ha contribuido, entonces, a la conservación de paisajes y ecosistemas, al desarrollo económico ecológicamente sustentable y a la investigación científica.

Bibliografía comentada

Áreas naturales protegidas en la Argentina

La Argentina posee 247 áreas protegidas que ocupan una superficie de 14.692.262 ha. Esto representa un 3,9% del territorio nacional.

Parte de las áreas protegidas depende del gobierno nacional y se rige por la ley 22.351 sobre Parques Nacionales, Reservas Nacionales y Monumentos Naturales. La gestión de esas áreas está a cargo de la Administración de Parques Nacionales (Secretaría de Turismo de la Nación).

Además, otras instituciones nacionales administran un número menor de áreas protegidas con fines específicos (el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas, el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria, las Universidades Nacionales de Tucumán, Misiones, etc.).

En el nivel de los gobiernos provinciales, las áreas protegidas públicas dependen de las direcciones de ecología o de recursos naturales correspondientes.

En algunas localidades se implementaron áreas protegidas municipales. Su éxito se basa en la función recreativa dirigida a la demanda de asentamientos urbanos cercanos.

Asimismo, existen áreas protegidas privadas, que surgen de la cooperación entre gobiernos locales y propietarios. Un ejemplo es el Programa de Refugios Privados de Vida Silvestre creado por la Fundación Vida Silvestre Argentina, que incorpora tierras privadas a su programa de conservación.

Categorías de manejo

Los diferentes tipos de áreas naturales protegidas

Existe un criterio -consensuado mundialmente- para clasificar las formas de conservación. Este criterio se basa en categorías de manejo. A continuación, resumimos las seis categorías que se han adoptado en la Argentina, con sus correspondientes objetivos. Además, proporcionamos ejemplos:

Reserva Natural Estricta

Ejemplo: Reserva El Payén (provincia de Mendoza, Argentina).

Parque Nacional

Son áreas naturales grandes y poco intervenidas. No suelen permitirse las actividades extractivas. Ejemplo: Parque Nacional Lanín (provincia de Neuquén, Argentina).

Monumento Natural

Ejemplo: Monumento Natural Laguna de Pozuelos (provincia de Jujuy, Argentina).

Reserva Natural Manejada y Santuario de Flora y Fauna

Ejemplo: Reserva Cruce Caballero (provincia de Misiones, Argentina).

Paisaje Protegido

Ejemplo: Laguna La Salada (provincia de Santa Fe, Argentina).

Reserva de Recursos

Ejemplo: Reserva Santa Ana (provincia de Tucumán, Argentina).

Reservas de biosfera en la Argentina

mapa

Zonificación de la Reserva de Biosfera de Ñacuñán

reservas
Zona núcleo: se conservan todos los tipos de comunidades presentes en la reserva.
Zona de amortiguación: rodea a la zona núcleo, a modo de cinturón. Su función es protegerla de posibles perturbaciones en el ecosistema.
Zona de transición: está constituida por el resto de la reserva. En ella se realizan actividades de investigación, manejo racional de los recursos naturales con experiencias demostrativas y educación ambiental. En ella se ubica la localidad de Ñacuñán con una pequeña población.

Fuente: Comisión de Asesoramiento Académico de la Reserva de Biosfera de Ñacuñán, Mendoza, Iadiza/Cricyt.

Orientaciones didácticas

Referencias curriculares

La monografía y las actividades propuestas pueden ser utilizadas para la enseñanza de los siguientes Contenidos Básicos Comunes (Ministerio de Educación, República Argentina) del Tercer Ciclo de la Educación General Básica y del Polimodal.

Contenidos conceptuales: problemas ambientales a diferente escala; el desarrollo sustentable; instituciones vinculadas con la preservación del ambiente; manejo integrado y sostenible de los recursos naturales.

Contenidos procedimentales: selección de material cartográfico de acuerdo con la información buscada; formulación de relaciones sencillas entre diferentes elementos de la realidad social; lectura crítica e interpretación de bibliografía específica y documentos cartográficos de distintas características; comparación y evaluación de información ambiental referenciada espacialmente; planificación y realización de investigaciones escolares sobre áreas problemáticas y estudios de caso regionales.

Objetivos

Sugerencias y recomendaciones

El logro de los objetivos de esta actividad depende, en buena medida, de la comprensión de los conceptos centrales sobre áreas protegidas y del nivel de información que sus alumnos obtengan sobre el área de estudio. Para ello, le sugerimos que oriente fuertemente la búsqueda de materiales en la consigna 1. Si considera conveniente ampliar la información contenida en la monografía y en la bibliografía comentada recomendamos, además, la lectura de:

De ser factible, recomendamos contar con ejemplares de la carta de imagen satelitaria "Salta" (Jujuy y Salta) 2566-II, 1:250.000, de la que extraímos la imagen adjunta a este organizador.

Tiempo aproximado

Para el desarrollo del tema y de las actividades se requieren 4 horas cátedra, distribuidas tentativamente de la siguiente manera:

Sugerencias para la evaluación

La actividad ha sido planteada para que se evalúen los resultados alcanzados a través de la exposición oral de los afiches construidos. La exhaustividad en la búsqueda de información, la capacidad para sintetizarla y la claridad para exponer los resultados elaborados pueden ser algunos de los criterios a utilizar en la evaluación.

Actividad. Proyectamos una reserva de biosfera

A través de las reservas de biosfera se busca abarcar diferentes situaciones ambientales para proteger y utilizar los ecosistemas en forma sustentable. La planificación de las reservas de biosfera debería incluir, desde el comienzo, a todos los actores con intereses en la zona, tanto a aquellos que utilizan sus recursos o dependen de los mismos como a sus habitantes. Ello implica hacer análisis económicos, sociales y ecológicos, y aplicar enfoques participativos para establecer objetivos y ejecutar actividades de conservación y desarrollo sustentable.

A continuación, les presentamos el caso de una región de la Argentina que requiere de acciones de conservación: las selvas de montaña (yungas).

Las selvas de montaña (yungas) del noroeste de la Argentina son, junto a la selva paranaense, los ambientes más biodiversos del país. Ocupan aproximadamente 4.800.000 ha distribuidas en las provincias de Salta, Jujuy, Tucumán y Catamarca. Estas selvas se desarrollan entre los 400 y 2.500-3.000 metros de altura, sobre las laderas orientales de las Sierras Subandinas. Allí se producen abundantes precipitaciones (aproximadamente entre 700 y 1.500 mm anuales) y, por ello, las yungas poseen una gran importancia en la regulación de gran parte de los cuerpos de agua del noroeste de Argentina.

En estas selvas se encuentran más de 250 especies de árboles, 100 especies de mamíferos y alrededor de 500 especies de aves.

Más allá de la importancia de la biodiversidad y del rol de regulador hídrico, las yungas proporcionan recursos muy valorados, entre ellos, maderas de alta calidad (nogal, cedro, roble, etc.) y especies de fauna silvestre.

En las selvas de montaña, varias familias campesinas desarrollan usos tradicionales, como la ganadería transhumante y la agricultura migratoria. Muchos de los integrantes de estas familias participan de la zafra, por lo cual migran a las áreas bajas.

Las yungas se mantienen en buen estado de conservación, salvo en sus áreas pedemontanas, casi totalmente afectadas por cultivos de caña de azúcar, cítricos y bananales.

Sobre la superficie de las yungas hay tres parques nacionales (entre ellos, el Parque Nacional El Rey), varias reservas provinciales y dependientes de universidades, áreas que conjuntamente protegen aproximadamente 250.000 ha (cerca del 5,20% de la superficie de las yungas en Argentina). Cada una de estas áreas protegidas no supera las 80.000 ha (por ejemplo, el Parque Nacional El Rey posee 44.162 ha), tamaño demasiado pequeño para asegurar que algunos procesos ecológicos de importancia persistan a largo plazo.

¡Ahora es el turno de ustedes! Les proponemos que planifiquen la creación de una reserva de biosfera de 160.000 ha en las selvas de montaña, que incluya en su territorio el Parque Nacional El Rey.

Reúnanse en grupos y realicen las siguientes actividades.

  1. Conocemos la región de las selvas de montaña (yungas). Averigüen las características de las selvas de montaña (yungas) en la provincia de Salta (Argentina). Utilicen enciclopedias, atlas de la Argentina o trabajos de investigación. Es importante que reúnan información sobre aspectos ecológicos, económicos, políticos, administrativos, etc.

  2. Nos ubicamos en el área de estudio. Con la ayuda del docente, analicen la imagen satelitaria. Para hacerlo, sigan estos pasos:
  3. Proponemos una reserva de biosfera. A partir de la información disponible, fundamenten la utilidad de crear una reserva de biosfera en la región. Para ello, les proponemos trabajar sobre las siguientes preguntas:
  4. ¿Para qué servirá esta reserva? Teniendo en cuenta las conclusiones a las que llegaron en el punto anterior, completen el siguiente cuadro con un ejemplo concreto para cada una de las funciones de una reserva de biosfera en las selvas de montañas (yungas).

    Función
    Ejemplo
    Conservación
    Desarrollo
    Logística (investigación científica útil para la reserva de biosfera)

  5. Para pensar un poco más... ¿Qué podría aportar una reserva de biosfera al desarrollo de formas de uso sustentable de los recursos? ¿Cómo afectaría la creación de la reserva a las comunidades campesinas y a las empresas forestales y agrícolas?

  6. Zonificamos la reserva. Recuerden el concepto de zonificación de una reserva de biosfera . Nuevamente observen la imagen satelitaria del Parque Nacional El Rey. ¿En qué tipo de zona lo incluirían? ¿Por qué?

  7. Presentamos el proyecto de una reserva de biosfera. Sinteticen todas las respuestas elaboradas por el grupo y presenten la información en un afiche que contenga los siguientes ítems:
  8. Consensuamos propuestas. Lean y comenten los distintos afiches, y reflexionen sobre las conclusiones.

Glosario

Ganadería transhumante: actividad económica tradicional que se desarrolla en la región de las yungas donde el ganado es desplazado hacia diferentes áreas en función de la época del año y la oferta de alimento.

Agricultura migratoria: actividad económica tradicional desarrollada por miles de familias campesinas que viven en las yungas y que estacionalmente migran a las áreas bajas para trabajar en la zafra.

Parque Nacional El Rey

Parque Nacional El Rey

Zonificación de una reserva de biosfera

reserva de biosfera

Para llevar a cabo las actividades complementarias de conservación y uso sustentable de los recursos naturales, las reservas de biosfera se dividen en tres zonas: una zona núcleo, una zona buffer o de amortiguación y una zona de transición. En el diagrama, observamos las tres zonas en que se dividen las reservas de biosfera.

Fuente: Programa MAB/Unesco, 2000.

Un sector del Parque Nacional El Rey y su entorno en una imagen satelitaria

Sector de la Carta de Imagen Satelitaria "Salta" (Jujuy y Salta) 2566-II, 1:250.000. (Instituto Geográfico Militar)

Parque Nacional

En la imagen se muestra parte del territorio del Parque Nacional El Rey y su entorno. Se pueden identificar los usos del suelo dominantes y el patrón de la cobertura vegetal silvestre.

textos: Marcelo Acerbi
fotografías: Marcelo Acerbi y Patricia Marconi
ilustraciones: Sergio Merayo
cartografía: Miguel Forchi
imágenes satelitarias: Instituto Geográfico Militar (publicación autorizada, expediente GGO 2109/5, septiembre de 2000)
edición: Carla Lois