La comunidad

Localización y organización social, económica y política

La comunidad toba de Derqui está situada en el partido de Pilar (provincia de Buenos Aires), a unos 50 km de la Capital Federal. Comenzó a conformarse hacia el año 1995, luego de constituirse la organización civil denominada Daviaxaiqui, que nucleaba a varias familias provenientes de distintas localidades y asentamientos del Gran Buenos Aires. Las tierras fueron "donadas" por el Obispado de Morón bajo el rótulo de "reparación histórica". La construcción del barrio surge como un proyecto de autogestión de las familias tobas, aunque financiado y planificado con la ayuda de organizaciones no gubernamentales1.

Habitan actualmente en la comunidad 32 familias distribuidas en 32 unidades funcionales de igual arquitectura, construidas con material y provistas de electricidad, gas y agua potable. Unas pocas familias poseen también teléfono. Además de las viviendas, el barrio consta de un amplio salón comunitario con dos aulas, dos salitas y un baño, y de un comedor que provee el desayuno y el almuerzo a niños, ancianos y mujeres embarazadas. Aunque aún sin edificio propio, funciona también una iglesia evangélica cuyo pastor, uno de los ancianos de la comunidad, oficia el culto los domingos por la mañana. Frente al barrio se ubica el colegio Cardenal Copello/Santa Ana, institución privada católica a la que concurren algunos niños del barrio mediante las becas que les otorga dicha institución.

Desde el punto de vista social y político, el barrio está conformado por familias procedentes de diversas comunidades (rurales y semiurbanas) del Chaco y Formosa, muchas de las cuales han habitado en distintos asentamientos de Capital y Gran Buenos Aires.

Por otra parte, los jóvenes conforman muchas veces matrimonios mixtos entre criollos e indígenas, unión que se da generalmente entre una mujer toba y un hombre criollo.

La fusión de grupos tobas procedentes de la región chaqueña con otros asentados en Buenos Aires -algunos desde hace más de tres décadas- está dando origen a una nueva "coagulación demográfica" (Wright y Braunstein, 1990)2. Dicha fusión pone en evidencia la diversidad lingüística y cultural de la población del barrio, a la vez que permite vislumbrar el deseo de la gente por reconstruir su identidad lingüística y cultural.

La comunidad tiene un presidente, elegido por votación, que dirige la Comisión Vecinal del barrio. Actualmente, el jefe de la comunidad es un hombre joven (de unos 30 años), con una alta competencia en español y que ha incorporado cierta habilidad para interactuar con los doqshe (no indígenas). Su función principal es la de ser nexo entre la comunidad y la sociedad nacional, especialmente en la gestión de proyectos educativos y de desarrollo comunitario. No obstante, los ancianos constituyen una fuente de referencia y consulta constante, ya que se los convoca, tal como se hacía tradicionalmente, en el caso de tomar decisiones importantes.

Las actividades económicas y de subsistencia se reducen actualmente a la producción y venta de artesanías y a la realización de charlas sobre cultura toba en las escuelas de Capital y Gran Buenos Aires. La comunidad es beneficiaria de diferentes planes y subsidios, tanto del Estado como de fundaciones y entidades privadas. Circularon y circulan diversos tipos de proyectos: un club del trueque, un proyecto de huerta comunitaria, talleres de telar para producción y venta de tejidos, programas sanitarios, etc.

Es llamativa la visita frecuente de personas e instituciones que concurren al barrio impulsados por intereses diversos: periodistas, deportistas, funcionarios de embajadas, turistas, ONG, estudiantes universitarios e investigadores de distintas disciplinas. Así también se observa una constante interacción entre la gente toba y los vecinos de los alrededores, quienes asisten a las clases nocturnas para adultos y a la sala de primeros auxilios.

Respecto de la educación formal, gran parte de los niños tobas no termina el tercer ciclo de la EGB. Si bien el colegio Cardenal Copello/Santa Ana, ubicado frente al barrio, les ofrece becas de estudio, los padres no llegan a solventar los gastos de materiales, libros y uniformes. La dificultad para hablar correctamente español (según el registro más o menos estándar de alumnos no indígenas y docentes) es una de las causas importantes que obligan a los niños a abandonar la escuela. La mayoría de los adultos no sabe leer ni escribir, aunque algunos de ellos han adquirido esta habilidad en las escuelas del Chaco o, unos pocos, la han desarrollado mediante la tarea de traducir la Biblia al toba. Por otra parte, desde el año 2002 funciona en el barrio un programa de educación para adultos en horario nocturno. Así también, unos pocos jóvenes (entre 30 y 40 años), migrantes recientes de Chaco y de Formosa, han recibido algún tipo de instrucción en relación con la alfabetización bilingüe. Si bien no hay en el barrio ningún maestro toba formado, cada vez más personas manifiestan el deseo y la necesidad de desempeñarse como alfabetizadores bilingües.

Situación sociolingüística

Niños de la comunidad tobaLa comunidad se caracteriza por la diversidad tanto dialectal como de tipos de hablantes bilingües toba español. La confluencia de familias procedentes de distintos sectores de la región chaqueña (predominantemente de la provincia del Chaco) determina la coexistencia de diversas variedades dialectales del toba. Por otra parte, si bien la comunidad puede caracterizarse como bilingüe toba-español, la categorización de los hablantes de acuerdo con su competencia lingüística es variada. Entre los diversos matices que presenta dicha categorización, pueden observarse los siguientes:

a) niños cuya primera lengua es el español y no hablan toba;

b) niños recién llegados del Chaco, toba hablantes y con baja competencia en español;

c) niños hispanohablantes con competencia receptiva del toba;

d) jóvenes monolingües español;

e) jóvenes semihablantes;

f) adultos bilingües competentes en toba y en español;

g) ancianos toba hablantes con baja o mediana competencia en español;

h) ancianas monolingües toba.

Barrio de familias tobasEsta diversidad, de la cual es absolutamente consciente la gente del barrio, parece ser la contracara del ideal lingüístico al que ellos mismos aspiran: la unidad y la pureza de la lengua. Dicha ideología se manifiesta abiertamente en las reuniones del taller de lengua toba, donde los jóvenes recurren a la aprobación de los ancianos para legitimar, en caso de coexistencia de variantes, una u otra forma de expresión. A su vez, los más ancianos atribuyen al habla de los jóvenes las características de "simple", "mezclada" e "impura". Según ellos, en el barrio se hablan tres idiomas: toba puro, toba simple y "castilla". El toba "puro", atribuido a unos pocos ancianos, toma como modelo de referencia la variedad hablada por generaciones anteriores en el noroeste de la provincia del Chaco y que ellos denominan da piguem l'ec. El toba "simple" o "mezclado", por su parte, es concebido como el hablar incorrecto frente al anterior.

Más allá de las diferencias, la gente de Derqui manifiesta casi unánimemente la necesidad de que sus hijos sepan hablar en toba, para poder así conservar y transmitir su cultura. La adquisición de la habilidad para leer y escribir así como la urgencia por definir un sistema ortográfico toba unificado constituyen algunas de las preocupaciones más importantes en relación con la valoración y conservación de su lengua y de su cultura.

CRISTINA MESSINEO, ANA DELL'ARCIPRETE, PAOLA CÚNEO Y ANA CAROLINA HECHT

Localidades chaqueñas de origen de los QOMPI DE DAVIAXAIQUI

(Derqui, Gran Buenos Aires)

Asentamientos tobas en el Gran buenos Aires


1. En su comienzo la distribución de los terrenos y la construcción de las viviendas recibió el apoyo del Equipo Nacional de Pastoral Aborigen y de la organización Madre Tierra.

2. "Tribus Toba. Entre la historia, la demografía y la lingüística", en Hacia una nueva carta étnica del Gran Chaco, 1989/90, PID 444/88-CONICET.