«Tienen algo de adivinanza, imitan la apariencia del colmo, y nunca deben ser un chiste, por mucho que se le parezcan [...]. La greguería es el atrevimiento a definir lo indefinible, a capturar lo pasajero, a acertar o a no acertar lo que puede no estar en nadie o puede estar en todos». Así explicaba el escritor español Ramón Gómez de la Serna qué son las greguerías, uno de sus originales hallazgos literarios. En relación con este tema, se presentan un conjunto de actividades para alumnos del último año de la escuela primaria y de los primeros de la secundaria.
Los chicos pueden trabajar en grupos y recopilar greguerías que volcarán en un libro. Los criterios de ordenamiento de las greguerías pueden ser temáticos, estructurales (greguerías-colmo, greguerías-comparación...), alfabéticos, etc.
Se presentará una serie de diez greguerías para completar en grupos. Luego de la puesta en común, los chicos votarán por la mejor versión de cada caso propuesto.
Cassany, D. (1996). Describir el escribir. Cómo se aprende a escribir. Barcelona: Paidós.
McCormick Calkins, L. (1993). Didáctica de la escritura. Buenos Aires: Aique Grupo Editor.
Referencia a casos, sugerencias y actividades de escritura y de escritura creativa en el aula.
Grupo M. (1987). Capítulo 1, apartado 4: «Los metasememas». En Retórica general, Barcelona: Paidós.
Lausberg, Heinrich. (1993). Elementos de retórica literaria e introducción al estudio de la filología clásica, románica, inglesa y alemana. Madrid: Gredos.
Análisis de las diferentes figuras que se dan en el plano de la significación (metáfora, sinécdoque, comparación) en el marco de una teoría general de las figuras del lenguaje.
Las greguerías son un invento de un escritor español, don Ramón Gómez de la Serna, quien dio con estas frases ingeniosas casi por casualidad. Gracias a ellas, se hizo muy famoso y recorrió el mundo contándolas y escribiéndolas. Él mismo dice acerca de las greguerías: «Tienen algo de adivinanza, imitan la apariencia del colmo, y nunca deben ser un chiste, por mucho que se le parezcan [...]. La greguería es el atrevimiento a definir lo indefinible, a capturar lo pasajero, a acertar o a no acertar lo que puede no estar en nadie o puede estar en todos».
Es cierto que algunas greguerías adoptan la forma de casi definiciones o
definiciones insólitas que nos descubren aspectos insospechados de la
realidad. Por ejemplo:
Otras greguerías son como acertijos o adivinanzas: «¿Los peces lloran? Los peces no necesitan llorar porque el mar es pura y total lágrima».
Otras se disfrazan de colmos: «Tan cerca pasaban los trenes aquella noche que parecían pasar por el túnel de nuestro corazón».
También están las greguerías-comparaciones: «Abrir el paraguas es como disparar contra la lluvia».
Y las greguerías que son generalizaciones: «Cuando una bicicleta pasa por lo alto del camino parece que el paisaje se ha puesto los lentes».
Finalmente, están las greguerías-greguerías, de las que no podemos decir
bien qué son pero que rápidamente reconocemos:
Si hay una miga en la cama, el sueño estará lleno de promontorios y peñascos.
El musgo es el peluquín de las piedras.
En el río pasan ahogados todos los espejos muertos.
La cabeza es la pecera de las ideas.
Soplando velas brotan luciérnagas en los jardines.
Los agujeros de las medias rotas dan al frío del más allá.
Las golondrinas entrecomillan el cielo.
La vajilla es la dentadura del aparador.
Los cocos tienen dentro agua de oasis.
La W es la M haciendo la plancha patas arriba.
Podés imprimir esta página, completarla y compartirla con tus compañeros.
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . es el edificio de
departamentos donde habitan los libros.
La tapa de un libro es. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
¿Qué dice el señalador cuando queda atrapado entre las páginas de un
libro?
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Forrar un libro es como . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Cuando . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . ., las hojas de los libros se estremecen.
La novela era tan . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . que nos caímos dentro.
Si te gustaron las greguerías, te proponemos que intentes escribir algunas, siguiendo los varios modelos que acabás de leer.
Como habrás observado, se trata, en la mayoría de los casos, de encontrar una imagen insólita para describir un objeto o suceso cotidiano. Para eso, te sugerimos que empieces a desarmar metáforas, frases hechas que encontramos y decimos a diario. Por ejemplo: ¿por qué hablamos de las patas de la silla, como si ésta fuera un animal, y de los brazos del sillón, como si se tratara de una persona?
Si querés seguir leyendo greguerías, el libro de don Ramón Gómez de la Serna se llama Greguerías. Hay una vieja edición de la editorial Espasa Calpe (1940), que tal vez se encuentre en bibliotecas, y hay una edición con algunas greguerías y con ilustraciones de Raúl Ponce (Editorial Colihue, 1993, colección «Los morochitos»). El libro completo actualmente está disponible en librerías en la edición de la editorial española Cátedra.
Escritor español cuyas greguerías, breves sentencias poéticas caracterizadas por la libre asociación de palabras, ideas y objetos, tuvieron una significativa influencia en las vanguardias literarias de Europa y América latina. Gómez de la Serna había estudiado leyes, pero nunca ejerció como abogado. Dedicó en cambio su vida a la literatura. Alrededor de 1910, inventó la «greguería», que definió «como humor más metáfora». También escribió biografías, novelas y obras de teatro, y fundó la revista literaria Prometeo.