Autora: Verónica Díaz Pereyro Responsable
disciplinar: Pamela Archanco Área
disciplinar: Lengua Temática: Género
lírico Nivel: Secundario, ciclo básico
Secuencia didáctica elaborada por Educ.ar |
Promover el uso de los equipos portátiles en el proceso de enseñanza y aprendizaje.
Promover el trabajo en red y colaborativo, la discusión y el intercambio entre pares, la realización en conjunto de la propuesta, la autonomía de los alumnos y el rol del docente como orientador y facilitador del trabajo.
Estimular la búsqueda y selección crítica de información proveniente de diferentes soportes, la evaluación y validación, el procesamiento, la jerarquización, la crítica y la interpretación.
Lectura de poesías: epigramas, caligramas, haikus, poemas en prosa. Escritura de un haiku o de un caligrama.
Que los alumnos:
Les proponemos que lean junto con sus alumnos la selección de poesías incluida al final de esta secuencia (textos nº 1, 2, 3, 4, 5, 6 y 7, al final de esta secuencia). Si tienen acceso a internet, pueden investigar sobre los autores de las obras y la época en la que vivieron o viven. Luego, pueden conversar entre todos a partir de estas preguntas:
¿Por qué podemos afirmar que estos textos pertenecen al género lírico? ¿Qué recursos se utilizan en ellos? ¿Con qué intención fueron escritos?
¿En qué se parecen y en qué se diferencian de otros poemas que conozcan?
Les sugerimos que discutan entre todos qué características propias de los epigramas, los haikus, los caligramas y los poemas en prosa pueden deducir a partir de los ejemplos vistos. Después confirmen o corrijan sus conjeturas investigando sobre el tema. Pueden encontrar información en las páginas sugeridas en «Enlaces de interés y utilidad para el trabajo»; si no cuentan con conectividad en el colegio, pueden serles de utilidad la selección de citas sobre los distintos géneros trabajados que se encuentra al final de la secuencia (textos nº 8, 9, 10 y 11, al final de esta secuencia).
A continuación, los alumnos pueden contestar las siguientes preguntas:
Epigramas
Haikus
Caligramas
Poesías en prosa
Por último, los alumnos pueden escribir un haiku, un caligrama o un epigrama, y después leerlo en voz alta para compartirlo con el resto de la clase.
Manual de Retórica y recursos estilísticos, de Ángel Romera
Presentación de Lilian Panduro Pérez sobre los caligramas
Garrido, M. A. Nueva introducción a la teoría de la literatura. Madrid, Síntesis, 2000.
Lázaro Carreter, F. Diccionario de términos filológicos. Gredos, Madrid, 1953.
Moliner, M. Diccionario de uso del español. Gredos, Madrid, 1994.
Mortara Garavelli, B. Manual de retórica. Madrid, Cátedra, 2000.
Utrera Torremocha, María Victoria. Teoría del poema en prosa. Sevilla, Universidad de Sevilla, 1999.
XL
Qui ducis uultus et non legis ista libenter,
omnibus inuideas, liuide, nemo tibi.
Tú que frunces el ceño y lees estos poemas de mala gana,
ojalá que sientas envidia de todos, envidioso, y que nadie te envidie a ti.
LXXV
Dimidium donare Lino quam credere totum
qui mauolt, mauolt perdere dimidium.
El que prefiere regalar la mitad a Lino antes que prestarle todo,
prefiere perder la mitad.
Epigramas de Marco Valerio Marcial. Zaragoza, Institución «Fernando el Católico», 2004, texto, introducción y notas de José Guillén.
Que los ruidos te perforen los dientes, como una lima de dentista, y la memoria se te llene de herrumbre, de olores descompuestos y de palabras rotas.
Que te crezca, en cada uno de los poros, una pata de araña; que sólo puedas alimentarte de barajas usadas y que el sueño te reduzca, como una aplanadora, al espesor de tu retrato.
Que al salir a la calle, hasta los faroles te corran a patadas; que un fanatismo irresistible te obligue a prosternarte ante los tachos de basura y que todos los habitantes de la ciudad te confundan con un madero.
Que cuando quieras decir: «Mi amor», digas: «Pescado frito»; que tus manos intenten estrangularte a cada rato, y que en vez de tirar el cigarrillo, seas tú el que te arrojes en las salivaderas.
Que tu mujer te engañe hasta con los buzones; que al acostarse junto a ti, se metamorfosee en sanguijuela, y que después de parir un cuervo, alumbre una llave inglesa.
Que tu familia se divierta en deformarte el esqueleto, para que los espejos, al mirarte, se suiciden de repugnancia; que tu único entretenimiento consista en instalarte en la sala de espera de los dentistas, disfrazado de cocodrilo, y que te enamores, tan locamente, de una caja de hierro, que no puedas dejar, ni por un solo instante, de lamerle la cerradura.
«En su origen, como su nombre indica, es una inscripción o un escrito breve grabado sobre piedra, metal u otro soporte cualquiera y destinado para algún sepulcro o monumento privado o público. […]
Poco a poco fue adquiriendo un carácter algo más variado, hasta que, siempre dentro de la brevedad, expone de modo rápido e interesante un pensamiento regocijado o satírico, pero siempre ingenioso. […]
Siendo el poema más breve, es toda la poesía en miniatura; dos, cuatro, ocho versos le bastan, aunque a veces recibe algunos más, e incluso se expresa en todos los metros.
Por muy breve que sea, consta siempre de dos partes: la primera, en que se reclama la atención, y la segunda, en que de un modo insospechado y rápido queda satisfecha la curiosidad. Llámase la primera nudo y la segunda desenlace. Su objeto suele ser una burla, una chanza, un pensamiento ligero sobre la vida cotidiana, una ridiculez, una antítesis, una voz o un equívoco».
José Guillén
«En cuanto a la expresión, un haiku (o haikai) es un poema breve de aproximadamente 17 sílabas, que suelen estar organizadas en 3 versos (5-7-5). El haiku no tiene título ni rima en japonés, su simplicidad es tal que podemos prescindir de signos de puntuación y mayúsculas; de alguna forma, se parece a lo que decimos hablando. En concordancia, en el haiku abundan los sustantivos: es una forma poética predominantemente nominal, de expresión sencilla y concisa. El término haiku es, sin embargo, relativamente reciente, pues el primero en emplearlo es Shiki en el siglo XIX.
En cuanto al contenido, haikai es simplemente 'lo que está sucediendo en este lugar, en este momento', nos dicen los poetas japoneses del siglo XVII.
El poema suele tratar de la naturaleza, de la realidad, de lo percibido por los sentidos. El haiku clásico es una apreciación directa de un acontecimiento, a menudo trivial, que llama la atención del poeta (haijin, o persona que escribe haiku), el cual lo espiritualiza y eleva por encima de su pequeña trascendencia. La fuente de inspiración para el poeta puede ser un monte, un arroyo, la vegetación o el clima. En todos los casos, el haiku está impregnado de un fuerte sentimiento de estación: primavera, verano, otoño, invierno y Año Nuevo, concepto este último muy tradicional y con connotaciones propias en la tradición nipona».
Luis Corrales Vasco
El vocablo caligrama, como lo conocemos ahora, viene del francés calligramme y se suele utilizar para calificar a poemas de carácter visual en los cuales las palabras utilizadas con la finalidad de crear una imagen, cumplen una doble función:
- generar imágenes por medio de los sonidos y la cercanía de unas palabras con otras.
- disponer las palabras sobre el papel […] de manera que conformen o «dibujen» la forma a la que se está haciendo alusión que puede ser un personaje, un animal, un paisaje, una sensación de quien escribe o cualquier objeto o tema. Así, podemos hablar de caligramas o poemas visuales que hablan y dibujan a un tiempo sobre el yo, algún animal, el viento, el instante, la lluvia, la tristeza, etcétera.
Aunque fue el poeta vanguardista francés Guillaume Apollinaire (1880 Roma, Italia - 1918 París, Francia) quien durante los primeros años del siglo XX dio un nuevo auge a este género cabe recordar, no obstante, que los orígenes del caligrama se remontan a la Antigüedad, y se conservan en forma escrita desde el periodo helenístico griego: se tiene noticia de textos caligráficos de Teócrito y de Simias de Rodas, hacia el año 300 antes de Cristo. También en el Antiguo Testamento y en algunos textos egipcios e hindúes como los mantras y los mandalas, encontramos, desde tiempos ancestrales, esta bella forma de expresión.
La aparición del género del poema en prosa en las literaturas modernas surgió de la necesidad de encontrar un nuevo lenguaje que renovara las convenciones líricas, ya anquilosadas para ciertos poetas, por lo que debe entenderse como una negación del verso como único vehículo de la poesía que, frente a la teoría clasicista, supondría una limitación a la creatividad y originalidad individuales. El género nace, pues, vinculado a la crisis del verso en el pre-romanticismo y el romanticismo. No obstante, debe mucho igualmente al auge que la prosa, concretamente la novela, experimenta en estos años, así como a la crisis de los géneros tradicionales establecidos en la poética clasicista.